No preparar aceite con la fórmula de la unción.

Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros. (Ex. 30:32 RVR60).

No hacer mezclas aromáticas con la fórmula utilizada para el incienso de las ofrendas.

Como este incienso que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para Jehová. (Ex. 30:37 RVR60).

En términos generales podemos resumir estos dos mandamientos en que está prohibido el uso común del aceite y del incienso fuera del tabernáculo o fuera de las actividades para las cuales fue consagrado.

Estos dos mandamientos no tienen mayor complejidad; sin embargo, el Señor nos habla de otras cosas respecto a esto.

A partir del versículo 22 empieza hablar de como se debía hacer, el aceite especial con el cual iban a trabajar los Levitas y sacerdotes, dentro del tabernáculo, esto iba a servir para consagrar los utensilios, los muebles como la, el altar, la fuente, la base, el altar del incienso, el altar de bronce, etc. dice la palabra-todo lo que se tocare con ello será santificado.

Además, este aceite iba a servir para ungir a Aaron, a sus hijos y al resto de los levitas para las actividades que iban a desempeñar.

¿Cómo era ese aceite?

Vamos a darle parte de la fórmula, aunque ya vimos que está prohibido replicar, pero evidentemente este aceite debía ser con elementos de la mejor calidad, entre ellos está la mirra, que era lo que se extraía a una planta o árbol, la canela aromática, el cálamo, la casia, el aceite de oliva que era muy común, que era el más conocido de estos elementos. Y cada uno de estos elementos apunta a la figura de Yeshua, sus sufrimientos en el caso de la mirra, el aceite, la unción que había sobre él, la casia que se extraía de un árbol muy grande, a pesar de su grandeza él se hizo frágil, etc.

El Midrash dice respecto al aceite -cada especie fue machacada de forma separada y luego las especias eran mezcladas y remojadas en agua para que su aroma fuere absorbido por el agua, el aceite de oliva era añadido a aquella agua y esa mezcla hervía hasta que el agua se evaporaba y solo el aceite especiado quedaba, se ponía en un frasco para ser usado para el propósito de ungir a los kohanim y a los reyes de la dinastía de David.

En la consagración del Mishkan todas sus vasijas fueron ungidas con él, se llama shemen Ha-mishjah aceite de la unción, es lo opuesto a la levadura, lo santificaba, pero sobre todo lo consagraba para uso especial. El aceite es por excelencia el símbolo que representa la Rúaj Hakodesh, el Espíritu de Dios, y como sabemos no sobre cualquier elemento se podía usar este aceite, de la misma manera no sobre cualquiera viene el Espíritu de Dios, en hechos capítulo 5 versículo 32 cuando Pedro está hablando en un discurso en Jerusalem, justamente acerca del Mashiaj que había sido exaltado.

Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen. (Hech. 5:32 RVR60).

Es decir, que no en cualquiera viene el Espíritu, sino sobre aquellos que están en obediencia a su palabra, a sus mandamientos, a la voluntad del Padre.

De la misma manera, este aceite no se podía usar sobre cualquier individuo ni sobre cualquier objeto, sino única y exclusivamente para los levitas, que eran las personas consagradas, dedicadas en obediencia total al Padre.

Hemos sido llamados a ser reyes y sacerdotes, por lo tanto, ese aceite y ese Espíritu de Dios ha venido sobre nosotros, pero eso no es una cuestión nada más de que, ahora, como ya somos sacerdotes, ahora podemos recibir al Espíritu o ya podemos ser ungidos con ese aceite.

Es evidente que se requiere de obediencia, es evidente que Dios espera de nosotros una obediencia, así como se esperaba de los sacerdotes y levitas, que llevaran a cabo una vida de santidad y obediencia, el mandamiento importante o principal aquí es que no se podía replicar, no se podía vender, ni ningún otro uso y la consecuencia de llevar a cabo este tipo de prácticas de profanar este aceite era la muerte y el mandamiento 110 que dice que estaba prohibido hacer mezclas aromáticas con la misma fórmula utilizada para el incienso de las ofrendas, esto es lo que dice el versículo 37

Como este incienso que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para Jehová. (Ex. 30:37 RVR60).

La consecuencia era igualmente fuerte igual al caso del aceite, no se podía replicar, no se podía, el incienso igual que el aceite tenían una mezcla muy particular en el caso del incienso eran, pues especies aromáticas, algunos dicen que era un bálsamo resinoso, el estacte o la uña aromática que no era así como uno se imaginaría de manera simple, una uña aromática, pudo haber sido derivado de una planta, hay algo semejante, la uña de león, eso no quiere decir que fuera la uña de un león literal, tal vez de una piedra ónix que despedía un olor, el cálamo aromático era otro elemento que llevaba este incienso y algunas características más que se utilizaba todo de igual peso, se mezclaba bien, todo debía ser puro, es decir no podía contener cada elemento mezcla de algo más y todo estaba totalmente consagrado.

El incienso representa las oraciones que se presentaban delante de Dios por medio del sacerdote, oraciones del pueblo era parte del servicio que se ofrecía dos veces al día, este incienso aromático en la mañana y en el anochecer, también en Yom Kipur el incienso que se hacía era especial, y también representa a Yeshua, ya que él también es mediador, intercesor, es como nuestro abogado, este incienso representaba eso, las oraciones de parte del pueblo hacia el Eterno, que debían ser recibidas cuando el pueblo estaba consagrado, cuando el pueblo buscaba el arrepentido de todo corazón.

Estaba prohibido hacer el aceite, prohibido replicar el incienso, es algo que nos habla también en otras ocasiones, el Eterno nos llama hacer distinciones de lo sagrado y lo profano, es decir, el propósito de hacer la distinción entre uno y otro, es que no uses lo santo con fines profanos.

Estaba prohibido replicar el incienso y por supuesto también utilizarlo con fines de lucro, es decir, no podían hacer la fórmula los sacerdotes que la sabían, que era solo una familia o solo un grupo y llevarlo a su casa, dice el Eterno -esto no puede salir de aquí, hoy en día podemos decir algo semejante, que se lucra con el Incienso y con el Aceite, con las oraciones y con el espíritu. Pues hay gente que te dice, que ora por ti a cambio de dinero y eso es algo que está prohibido, estaba prohibido en aquellos días y es el espíritu de ese mandamiento, por lo tanto, está prohibido hasta el día de hoy.

Y como sumos sacerdotes de nuestro hogar, el incienso, nuestras oraciones deben ser buscando la santidad, buscando la consagración, buscando la voluntad perfecta de Dios y no utilizar esas fórmulas como dijo Yeshua a los gentiles -creen que por su buena palabrería han de ser oídos.

La oración es algo muy especial, la oración también debe ser visto de una manera santa, así como el incienso que debería ser utilizado con cierta santidad, con un alto grado de consagración, nuestras oraciones también.

Es nuestra comunicación con el Padre y también tenemos que considerar esta santidad que implicaba presentarse con las oraciones, como el incienso que se hacía.

En este capítulo están descritos los elementos, no los vayan a hacer en casa, ya vimos que están prohibidos, Consagrémonos de todo corazón para poder recibir este aceite, este incienso, y poder seguirlo usando con fines santos.

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