“En todo caso de posesión dudosa, trátese de un buey, un asno, una oveja, un vestido, o cualquier otra cosa perdida, si alguien dice ser el dueño el caso será llevado ante los jueces, y la parte que los jueces declaren culpable deberá pagar el doble a su prójimo”. (ÉXODO 22:9. RVC).

Explicación del mandamiento.
Esta ley lo que busca es la justicia, además de cuidar las relaciones entre hermanos, ya que las diferencias son parte de la vida. Si estas leyes fueron dadas, es porque el Eterno sabe que estas situaciones van a suceder, aunque nos amemos demasiado; las disputas, controversias, malentendidos, discusiones, pleitos o cualquier situación en que uno esté acusando al otro son bastante frecuentes.

Aquí se enfoca en cosas materiales principalmente: un buey, un asno, una oveja, un vestido, por lo que y cualquiera diría: “Yo no tengo ni buey, ni asno, ni ovejas”, pero por eso dice: “cualquier otra cosa que estés dando por perdida.” Puede ser que sea la honra, la dignidad o nos levantaron un falso testimonio y esa es una cuestión para disputa, pues podríamos sentir que estamos perdiendo nuestro buen nombre.

El principio claro que se nos da aquí es: “ve delante de los jueces”. Mas allá de las cosas materiales, lo más importante entre nosotros es que estemos bien y que tengamos relaciones sanas.

Hay un ejemplo muy claro de esto que algunos de nosotros que tenemos hijos pequeños y no tan pequeños entenderemos muy bien, ya que es un pan de todos los dias el verlos reclamarse entre si por un juguete, y comenzar un ‘estire y afloje’, por lo que debe intervenir “un juez”, un tercero que en este caso sería el padre o la madre, quien pediría trajeran el juguete en discordia y les solicitaría ponerse de acuerdo, o de lo contrario, confiscaría el juguete en cuestión.

Así mismo el Eterno hace con nosotros cuando nos ve disputando por algo, a uno lo pone aun lado, y al otro de otro lado, y nos dice: “vamos a tomar esto y veamos de quién es.” Porque nosotros como padres, mas allá de ver el juguete por el cual están discutiendo los hermanos, mas allá de ver si es valiosa o importante, lo que al final el padre busca es el amor, la relación, el perdón; no importa de quién es ese juguete, lo que realmente importa es que sigan siendo amigos, que se sigan amando.

No es el juguete, porque podrían existir dos juguetes iguales y eso no significa que van a llevarse bien, a veces es mejor tener un solo juguete para que aprendan a compartir. Si no se ponen de acuerdo, ni siquiera podrán ser capaces de disfrutar de ese bien.

Una autoridad mayor
El Eterno nos pone ciertas situaciones, dificultades y pruebas en donde no logramos ponernos de acuerdo entre hermanos, y están allí los “dimes y diretes” y el Eterno dice: “Yo lo único que quiero es que ustedes se lleven bien independientemente de sus diferencias, que se relacionen bien, que no haya rencor en el corazón, que se perdonen, que compartan”, todo eso es importante, y en ese caso el Eterno pone figuras de autoridad para lidiar con estas situaciones.

¿Y eso qué significa? Que no siempre vamos a ser capaces de resolver nuestros conflictos. Entonces, no pensemos que estamos por encima de la ley.

Significa que, en algún momento de nuestra vida espiritual, vamos a tener que requerir una autoridad superior. Vamos a tener que exponer a esa autoridad lo sucedido y buscar ayuda, porque puede suceder que alguien se crea tan maduro y creer que está tan lleno de amor que piense que no importa lo que le hagan, lo va a perdonar y no siempre es así, pues muchas veces las ofensas se van acumulando poco a poco.

Puede haber cosas más fuertes, como las que vemos en Corintios, tales como demandas y juicios, y no deberíamos pensar que somos capaces de resolver todos los conflictos. Esto también se aplica a nivel matrimonial, existen situaciones donde hay que ir delante de un juez para ponerse de acuerdo pues están peleando por ver qué le corresponde a quién, entonces es necesario acudir a los jueces de acuerdo con la Palabra.

Aún que sean cosas materiales, también son importantes, y tal vez para nosotros no sea tan importante, pero sí para el otro lo es, lo debemos considerar.

Lo que nos dice Yeshua.
Yeshua nos habla de un principio sobre cómo resolver nuestros conflictos, el cual se sigue muy poco, pues antes de llegar a la instancia de los jueces, hay ciertos pasos que debemos tener en cuenta.

“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Y si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.” (Mateo 18:15 RVR60).

Generalmente cuando alguien nos ofende, nos quedamos con ese resentimiento o con esa carga, y muchas veces es difícil llegar a ese perdón, entonces hay que recurrir al consejo de Yeshua: “Si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos”, es decir, no lo hagamos público, no comencemos a difundir cosas del otro, eso no es correcto.

Debemos ir y buscarle, invitarle un café, y posterior a esto dice la Palabra: “Si te oyere, ya ganaste a tu hermano”, ya logramos tener un acuerdo y salvar lo más valioso, nuestra relación con él o ella.

Pero también dice: “Si no llegaran a un acuerdo, toma uno o dos testigos para que delante de ellos conste toda palabra”.

No se refiere a buscar dos golpeadores, sino a personas maduras en la fe y tomarlas como testigos; a los jueces o los ancianos de la congregación expondremos el caso y junto con el hermano podremos hablarlo, quizás nosotros también hicimos algo mal y si nos ofendimos será porque en algún momento nosotros también ofendimos.

Básicamente esto funciona como un interventor de legalidad, que son quienes validan las cosas como verdaderas. Y dice la Palabra: “Si no los oyere a ellos dilo a la Kehilá (iglesia, comunidad), y si no los oyere a ellos, tenlo por gentil y publicano”.

Es decir, si aún con los ancianos de la comunidad, y con los testigos exhortándole y haciéndole ver en la Palabra no quiere escuchar ni cambiar su actitud, no reconoce ni se arrepiente, la Palabra dice: “Tenlo por gentil (un ignorante del Eterno), por publicano” aquel que hace las cosas buscando su propio beneficio.

Esta es una regla que se sigue muy poco, pero es la manera en que deberíamos arreglar nuestros conflictos. Así que, antes de ir con los jueces, asegurémonos de haber hablado con nuestro hermano a solas, antes de todo lo demás.

El proceso es el siguiente: primero tomar a solas a nuestro hermano, si no nos escucha, llevarlo ante los ancianos y jueces, si continua sin escuchar, entonces llevarlo ante la comunidad y si aún así sigue sin escuchar, es evidencia de que esa persona ni siquiera ha nacido de nuevo, no quiere arrepentirse.

Mal testimonio
El ir ante otros jueces y exponer a alguien ante otras autoridades, aunque sean autoridades puestas por el Eterno, lo único que provoca es un mal testimonio y que el nombre del Eterno sea blasfemado como dijo Pablo, entre los gentiles.

Hay gente que usa las redes sociales para atacarse entre si, y olvidan que Facebook no es la iglesia, la comunidad, y está exponiéndose y exponiendo a alguien ante miles de personas. Mucha gente se escuda diciendo: “yo lo hago así porque la Torá dice que los exponga”, pero olvidan que son parte de esa comunidad. No tiene base el hacer ese tipo de cosas, pues dice que se exponga ante tú comunidad.

“¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la Kehilá (iglesia)?

Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aún uno, que pueda juzgar entre sus hermanos Sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Porqué no sufrís más bien el agravio? ¿Porqué no sufrís más bien el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos. (1ª Corintios 6:1- 8. RVR60).

La anterior es una muy fuerte reprensión que hace el Apóstol Pablo en su carta a los Corintios donde les dice: “¡Que mal testimonio están dando! Están yendo primero con los jueces, los abogados y los ministros, demandándose en situaciones que se pueden resolver simplemente con hablarlo en la iglesia, o en su comunidad.”

Conclusión
Este es un llamado que el Eterno nos hace, para que consideremos siempre, aunque sea más difícil, dialogar con nuestros hermanos, llamarlos de frente y decirles: “ Me ofendiste en esto” y si no escuchan, recurrir a gente madura de nuestra iglesia, de nuestra comunidad que nos pueda ayudar a resolverlo.

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