Celebrar las tres festividades de peregrinación.

“Tres veces en el año me celebraréis fiesta.” (Éxodo 23:14 RV60)

Explicación del mandamiento.

Vamos a analizar algunos textos para poder explicar este mandamiento.
Este mismo mandamiento aparece más amplio en Deuteronomio 16:16, que dice lo siguiente:
“Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías” (RVR60).

Vamos a analizar algunos textos para poder explicar este mandamiento.
Este mismo mandamiento aparece más amplio en Deuteronomio 16:16, que dice lo siguiente:
“Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías” (RVR60).

En otro versículo dice, Éxodo 9:13:

“Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.” (RVR60).

Aquí se muestran dos cosas muy importantes, la primera es ir a celebrar fiesta a Dios, era la razón por la que estaba sacando a su pueblo del desierto, y la segunda era servir a Dios.

No todos tenemos la bendición de tener ambas cosas. La verdad es que debemos hacer muchos esfuerzos por conseguirlas. Servir a Dios y celebrar a Dios, son cosas que el Eterno nos permite tener para edificación.
Algunos nada más celebran sus fiestas, pero no le sirven, otros le sirven, pero no celebran sus fiestas. Entonces, ¿cómo podemos construir nuestras vidas sin edificar? O sea, tomamos uno, desechamos el otro, esa no es la postura que Dios quiere para nosotros. Ambas cosas se deben hacer celebrar y servir al eterno, estas son las razones por las que sacó el Señor a su pueblo de Egipto.

Ahora, en cuanto a las fiestas, espero hayas tenido la oportunidad de celebrar una fiesta bíblica. ¿Qué se requiere? Pues lo más importante es el festejado por lo regular o el motivo, porque sin el festejado no hay fiesta. Nosotros a quien vamos a festejar es a Dios, no vamos a festejar a nadie más, solo a él. Entonces él está presente en todas las fiestas y ya tenemos la parte más importante.

¿Qué más se requiere en una fiesta?

Los invitados, por supuesto, el festejado va a escoger a sus invitados. Entonces, el Eterno nos está invitando, nos está escogiendo para participar en sus fiestas.

En una fiesta común hay 2 tipos de invitados, por lo regular siempre el invitado de honor y a lo mejor, el invitado que nadie invitó. ¿Cuál es la diferencia? ¿Qué características tiene uno y qué características tiene el otro? Por lo regular, el que no fue invitado seguro que no va a llegar con un presente, además de que no va a ayudar en nada y no tendrá problema para comer todo lo que quiera. ¿Qué sucede con el otro? Lo contrario, tu invitado de honor, tus mejores amigos seguro te llevarán un presente, por pequeño que sea, no llegarán con las manos vacías a tu fiesta o tu reunión. Este no se va a llenar de comida, no va a estar pensando en sí mismo. Entonces tenemos estas 2 tipos de personas que asisten también a las fiestas del Eterno.

Entonces, retomando el texto de Deuteronomio, la primera de las tres fiestas que leímos, es la fiesta de Pésaj, en Deuteronomio 16: 3-4 dice:
“No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto. Y no se verá levadura contigo en todo tu territorio por siete días; y de la carne que matares en la tarde del primer día, no quedará hasta la mañana.” (RVR60).
Esta fiesta es muy curiosa, ya que empieza con otra fiesta: la de los panes sin levadura.

Dice la palabra de Dios, también Éxodo 34:25 dice: “No ofrecerás cosa leudada junto con la sangre de mi sacrificio”(RVR60), ¿Qué sucede en esa fiesta? Tenemos un ejercicio muy importante que nos mandan a hacer, el cual es que saquemos toda la levadura de nuestra casa. Todo aquello que está leudado lo tenemos que sacar. La levadura significa el pecado. El ejercicio nos lleva realmente a la oportunidad de poder hacer una introspección, a reflexionar y a ponernos a cuentas con Dios. Tenemos 7 días que vamos a estar constantemente observando nuestro ser interior y sacar esa levadura. ¿Y en 7 días será que nos podamos poner a cuentas lo suficiente para hacer aceptos delante del señor? Al Señor, antes que cualquier otra cosa, le importa más nuestro bien interior que cualquier sacrificio.

La segunda fiesta es shavuot vamos a otra vez a Deuteronomio 16. 9-12 que dice:
“Siete semanas contarás; desde que comenzare a meterse la hoz en las mieses comenzarás a contar las siete semanas. Y harás la fiesta solemne de las semanas a Jehová tu Dios; de la abundancia voluntaria de tu mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido. Y te alegrarás delante de Jehová tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que habitare en tus ciudades, y el extranjero, el huérfano y la viuda que estuvieren en medio de ti, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner allí su nombre. Y acuérdate de que fuiste siervo en Egipto; por tanto, guardarás y cumplirás estos estatutos.” (RVR60)

En esta fiesta recordamos varias cosas y una de las más fuertes es la provisión que siempre Dios nos da. Debemos tener una actitud de agradecimiento con lo que él nos ha dado.

La tercera fiesta es Sucot, la cual viene en Deuteronomio 16:13-15, se describe como “la fiesta solemne de los tabernáculos” dice:
“La fiesta solemne de los tabernáculos harás por siete días, cuando hayas hecho la cosecha de tu era y de tu lagar. Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones. Siete días celebrarás fiesta solemne a Jehová tu Dios en el lugar que Jehová escogiere; porque te habrá bendecido Jehová tu Dios en todos tus frutos, y en toda la obra de tus manos, y estarás verdaderamente alegre.” (RVR60)

Conclusión:

Pero para el Eterno el que nos presentemos en estas fiestas es de carácter obligatorio, y también en estas fiestas el Señor primero quiere, obviamente, que tengamos una condición de alegría, que lleguemos con una postura diferente a la diaria; como puedes llegar contento a una fiesta de tu amigo, con tu primo, con tu hermano, tu tío, a su fiesta, pues aún más deberíamos llegar a una fiesta del Eterno.

La invitación del Eterno a Sus fiestas empieza contigo, cuando el texto dice: “tu, tu hijo, tu siervo, tu extranjero, empieza contigo y dice que hasta tu siervo y el prosélito están invitados. Cuando tú no te presentas delante del Eterno a Sus fiestas, quizá alguien te está ocupando tu lugar, porque tú voluntariamente dijiste, no la celebraré, ya sea por la economía, o por cualquier otro pretexto. Incluso la Escritura dice que no te presentes con las manos vacías delante de él, por eso necesitamos prever para poder celebrar las fiestas del Eterno.

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