Clase 9 “Mi Casa y Yo”

Sexualidad e Intimidad

Acercarse el uno al otro

Biblia y sexualidad

“Una casa en cuyo interior no existan relaciones sexuales la presencia divina (Shejina) no se postra sobre ella”

Zohar

“Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser

Gn. 2:24 (NVI)

Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo:”

Gn. 4:1

Hacia las alturas espirituales

La intimidad física no impide la santidad, constituye el camino hacia la santidad.

En el momento de esta unión física, la presencia divina esta presente.

La sexualidad no va resolver nuestros problemas, pero sí puede lograr evitar una desconexión emocional que lleve a un rompimiento con nuestra pareja.

Conocer = entender = intimidad

Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová, él lo hizo varón. (Gn. 4:1)

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Gn. 2:24)

La Biblia ve la sexualidad como conocerse, entenderse, entrar en la vida del otro de una manera íntima, única y especial.

¿Qué ha salido mal?

El Judaísmo considera la intimidad física como el vehículo fundamental para expresar la intimidad emocional.

¿Te has encontrado alguna vez algún diamante por la calle?

La sexualidad algo tan poderoso que debe estar “bien custodiado”.

De santo a inmundo, de privado a público

Hollywood, facebook, y otros medios han despojado a las relaciones conyugales de la intimidad y espiritualidad que le corresponde.

Somos la generación más sobre expuesta a la sexualidad mal enfocada.

Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. (Mt. 5:28)

Sexualidad sólo para nuestro cónyuge

Las relaciones sexuales deben constituir la experiencia más intensa, potente y poderosa posible y esto sólo es posible cuando conservamos y reservamos nuestra sexualidad para nuestro cónyuge.

A causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. (1a Cor. 7:2)

Responsabilidad e irresponsabilidad según el mundo

Irresponsabilidad: múltiples hijos, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados.

Responsabilidad: no embarazarse o embarazar a alguien, no infectarse de algo sin cura, saber usar métodos anticonceptivos.

Devolviendo la intimidad a las relaciones

Dra. Domeena Renshaw directora de la Clínica de disfunciones sexuales afirma que la mayor parte de los divorcios en la sociedad occidental se producen a una disfunción dentro de las vidas intimas de las parejas.

Cuando hemos hecho un mal uso de la sexualidad, ahora hay una desensibilización emocional de la experiencia y de la falta de vínculo emocional. ¿Cómo reactivar la sensibilidad a este vínculo emocional y la verdadera intimidad?

¿Cómo revigorizar las relaciones sexuales?

Antes de pensar en afrodisiacos y otros inventos que no funcionan, la Torá plantea una solución más efectiva y natural:  interrupción temporal de la intimidad física.

Todo lo hizo hermoso en su tiempo; (Ecl. 3:11)

Cuando separación es unión

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; (Ecl. 3:1,5)

No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. (1ª Cor. 7:5)

“El precepto de la alegría”

Tener relaciones maritales se considera ‘el precepto de la alegría’.

Una nueva luna de miel cada mes.

Después de la separación no hay razón para esperar excepto la salud o bien la oración como enseña Pablo: El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. (1a Cor. 7:3-5).

“El que recibe enseñanza en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo enseña”

Gálatas 6:6 (RVC)



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