Prohibición para la mujer jalalá de ingerir ofrenda consagrada (O sea, ofrenda terumá, el pecho y el muslo de ciertos sacrificios)(Una mujer jalalá es una mujer prohibida para un Sacerdote, por ejemplo una divorciada. Y también, jalalá es una mujer nacida de la relación entre un Sacerdote y una mujer prohibida para él y su condición tal.)

La hija del sacerdote, si se casare con varón extraño, no comerá de la ofrenda de las cosas sagradas. Pero si la hija del sacerdote fuere viuda o repudiada, y no tuviere prole, y se hubiere vuelto a la casa de su padre, como en su juventud, podrá comer del alimento de su padre; pero ningún extraño coma de él. (Levítico 22:12-13 RVR60).

 Explicación del mandamiento:

¿Qué es una mujer jalalá?

Una mujer jalalá es aquella que es impura, por ejemplo, que se ha divorciado, ha enviudado, o ha sido ultrajada; también se le conoce como jalalá a la mujer nacida de la relación entre un sacerdote consagrado al servicio del Eterno y una mujer prohibida para él.

La terumá

Es la ofrenda consagrada para el sumo sacerdote, es la parte del pecho y los muslos del animal dado de ofrenda.

Metafóricamente, todos alguna vez fuimos o hemos sido como esa mujer, que en nuestro diario caminar nos hemos alejado verdaderamente de los principios de parte del Eterno y tomamos decisiones que van en contra de lo que el Eterno establece para nuestra vida, como resultado, ya no tenemos la presencia de Dios en nuestras vidas para tomar las bendiciones que él tiene para nosotros.

La terumá (pecho y muslos) era la parte más especial del animal que se podía ofrecer en los sacrificios, haciendo relación con nosotros podemos decir que el pecho es de las partes más importantes, dado que ahí se encuentra el corazón y los muslos hacen referencia a nuestro caminar conforme a los principios que el eterno establece. El Eterno se agrada de que tengamos un corazón humilde, contrito y que caminemos conforme a su palabra, sus estatutos y decretos.

Nuestro caminar en la palabra

 ^{Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. (Génesis 32:2-:25 RVR60).}

¿Qué enseñanza podemos obtener de esto?

Seguramente Jacob al cojear recordaba aquel suceso y ya no andaría en sus propios caminos, sino el que El Eterno estableció, así nosotros, para no desviarnos debemos apegarnos a su palabra porque solo así estaremos seguros de andar rectamente.

Las decisiones son tomadas en el corazón.

¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre. (Mateo 15:17-20 RVR60).

En cierta ocasión, un hombre necesitaba un trasplante de corazón, él se dedicaba a ser albañil, tenía malos hábitos como el alcoholismo, después de una larga espera, por fin encontraron un donador, se trataba de hombre que había sido profesionista, estudioso y que cuidaba su cuerpo haciendo ejercicio. Al poco tiempo de hacerse la cirugía, se dieron cuenta que la persona que había recibido el órgano, empezaba a tomar otras conductas más sanas, comenzaba a leer libros, a cultivarse y hacer ejercicio. Aquí vemos que nuestro ADN guarda una información precisa de lo que somos, así nos hizo el creador.

Podemos concluir que, si realmente cambiamos nuestro corazón por medio de la palabra del Eterno, tomaremos decisiones correctas y andaremos conforme a la voluntad del Padre.

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. (Prov. 4:23 RVR60).