Mandamiento 72

‘No cambiar el orden de las ofrendas de las cosechas’

No demorarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos. Lo mismo harás con el de tu buey y el de tu oveja; siete días estará con su madre, y al octavo día me lo darás. Y me seréis varones santos. No comeréis carne destrozada por las fieras en el campo; a los perros la echaréis”. (Éxodo 22:29 RVR60)

Explicación del mandamiento

Lo que siempre buscamos del mandamiento es su espíritu y cómo lo podemos aplicar a nuestra vida. En la primera parte dice: “No dilatarás la primicia de tu lagar”, aunque actualmente nuestra economía no está basada en la agricultura ni en la ganadería, cada cual recibe, en su quincena o su semana, el pago de su trabajo diario. Cuando dice primicias, se refiere a lo primero de nuestros frutos. En lo que respecta a las primicias y ofrendas, se dice que eran entregadas al sumo sacerdote y eran para los levitas y para los pobres. Hoy en día es necesario sostener a una congregación lo que a su vez nos ayuda a consagrarnos al Eterno. La primera parte del capítulo 22 del libro del éxodo, habla de deberes sociales, sobre lo cual existe un comentario que dice así: “La Torá nos conduce progresivamente de nuestros deberes sociales hacia el prójimo, a los deberes “religiosos” hacia el Eterno.” Cuando el Eterno hace fructificar nuestro trabajo, ahí es cuando debemos reconocerle, entregándole parte de lo que nos da económicamente. 

Argumentos comunes para no dar

Desarrollamos argumentos para no entregar diezmos, ofrendas o primicias porque en el fondo nos cuesta desprendernos de lo que obtenemos, hablando monetariamente.  Un argumento que se suele expresar en contra de las dádivas antes mencionadas es que las primicias y las ofrendas se llevaban al templo y este ya no existe. Pero como comentamos anteriormente, hoy día es necesario sostener una congregación y quienes sirven en el ministerio necesitan de un ingreso para sostener a sus familias. 

El dar una ofrenda o, en este caso primicias u ofrendas, implica un esfuerzo y un costo, por lo que podrían presentarse dos situaciones:

  1. En las necesidades diarias vamos destinando una porción para cada gasto y podemos decir: ¡No alcanza!
  2. Cuando recibimos más de nuestros salarios y es más difícil desprendernos.

El Eterno trabaja en el corazón de cada uno de esa manera. Siguiendo con el versículo 29 de éxodo dice: Me darás el primogénito de tus hijos.” Esto aplica para la primicia, que es lo que todos venimos a ser, estar ante el Eterno y consagrar nuestra vida. Continua el versículo 30: Lo mismo harás con el de tu buey y tu oveja; siete días estará con su madre, y al octavo día me lo darás.” No tenemos tierras, ni ganado que criamos, ni cultivos, pero el principio se aplica a lo que ganamos o en donde trabajamos y el beneficio económico que obtenemos. Continúa diciendo el versículo 31: “Y me seréis varones santos.” La palabra santo, en hebreo Kadosh (separados, abstención de algo, destinado para un fin específico), implica gente separada para el Eterno, por medio de nuestras acciones, para lo cual el Eterno trabaja en el corazón de cada uno de diferentes maneras. Por eso habla de “dar”, y en este caso de primicias y diezmos, hacer algo, darle a él. Y cuando dice: “No comeréis”, implica abstenernos, ser santos, apartados y consagrados para él. A esto fue llamado el pueblo de Israel, lo que quedó claramente expresado cuando recibieron mandamientos en el Monte Sinaí: 

“Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas serán las palabras que dirás a los hijos de Israel.” (Éxodo 19:6 RVR60)

Conclusión

Este versículo nos dice lo que es ser apartados y consagrados para Él. Cada uno de nosotros en nuestro corazón es un apartado. Entonces, si nos cuesta desprendernos, es en esa área donde quiere trabajar el Eterno. Y cuando nos abstenemos de lo que Él ordena, va a permitirnos estar más apegados a él. Que el Eterno nos permita y nos capacite para seguir añadiendo a nuestra vida sus mandamientos y escalar ese nivel de santidad a la que fue llamado el pueblo de Israel.

© 2012 -2023 KEHILÁ Camino a Emaús.
Todos los derechos reservados

Síguenos en:           
Simple Follow Buttons
Simple Share Buttons
Menu