No comer ni beber de las ofrendas de idolatría

Explicación del mandamiento:

Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios; (Ex. 34:15 RVR60).

Cuando se le da el mandamiento a Moisés, el pueblo ya había pasado por idolatría con el becerro de oro. El Eterno se los decía por experiencia, por qué ya lo habían vivido, cuando les dieron las primeras tablas, Moisés bajo y los encontró adorando al becerro de oro, Él rompe esas tablas y sube de nuevo para que el Eterno le dé nuevas.

Ahí es donde les dice que no hagan alianza con las naciones de la tierra a la que van a entrar, por qué seguramente les van a hacer caer, les van a invitar y ustedes comerán y terminarán acostumbrándose a lo mismo que ellos, haciéndose a sus costumbres, asimilándose. Es un cerco que desde el principio el Eterno nos puso, porque el problema en sí, no era comer, sino lo que pasaba en el momento de estar conviviendo con ellos.

Comer con alguien significa de alguna manera estar de acuerdo con lo que están haciendo con sus costumbres y el eterno no quería que llegara el momento en que se hicieran a sus mismas costumbres y puedan caer en idolatría.

En el versículo 12 del mismo capítulo, esto es un poquito antes 34:12 dice que sería tropezadero, no hagas alianza con ellos porque van a hacer tropezar y es curioso que nosotros podamos caer en convivir con gente que tenga alguna costumbre o idolatría, y eso lo hacemos con tal de no ser de tropiezo, decimos- voy a estar con ellos un ratito para no ser piedra de tropiezo y es al revés las costumbres y las naciones serían tropiezo para el pueblo de Israel.

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. (2 Co. 6:14-16 RVR60)

Esto era con la intención que ellos no se desviaran, que no cayeran en idolatría y el Señor siempre iba a estar con ellos.

A lo largo de la historia vemos que no sucedió así, también, vemos en otro pasaje que dice que nos descarriamos, todos pecamos, lo dice en Isaías y la invitación es que no hagamos eso, que no caigamos en esas costumbres y cuidemos en la tierra en la que estamos, el mandamiento e instrucción del Eterno es apartarnos, al principio a que no lo hiciéramos, a que no cayéramos en eso, a que no cayéramos en idolatría, como no sucedió así, el pueblo si cayó, ya más adelante, nos invita, es a salir de eso, a apartarnos y él será nuestro Padre, y seremos sus hijos, y seremos para él como lo planteo en un principio, seremos su pueblo.

Tengamos mucho cuidado con las costumbres que hay donde vivimos, no solo aquí, en todos los países, pues hay diferentes costumbres que no son precisamente las costumbres apegadas a la Ley del Eterno.

Y el eterno nos dio también fiestas, inmediatamente en el mismo capítulo nos habla que celebrábamos las fiestas, las fiestas de los panes y levaduras y de ahí nos empieza hablar de todas fiestas que tenemos, a las que nosotros deberíamos de invitar, en lugar de ir o de ser invitados y aceptar, hay muchas fiestas en las que nos sentimos comprometidos con la familia de asistir, para no ser piedra de tropiezo cuando es todo lo contrario, hacer eso, está siendo piedra de tropiezo para nosotros, porque los niños van a vivir eso y van a seguir viviendo con esas costumbres y cuando sean grandes van a crecer con la misma idea, pero no es eso lo que dice la biblia, la biblia dice – no hagas alianza, no te unas en yugo desigual, no te mezcles con ellos, no hagas de sus fiestas, porque terminarás comiendo, aunque Pablo decía que no hay problema en comerlo lo santificado a ídolos, porque los Ídolos nada son, pero si es un cerco, porque el problema no es comer, sino lo que va a pasar después y a lo mejor, lo hacemos con una buena intención, pero más vale obedecer lo que dice la palabra.

Lo mejor es ir marcando nuestras diferencias dentro de nuestra fe, de lo que creemos y explicándolo con amor, porque no podemos compartir ciertas fiestas con nuestra familia, con nuestros amigos, y con la ayuda del Eterno terminaran entendiéndolo y además a lo mejor esto sirva para que ellos vean nuestra fe y nuestra voluntad de buscar al Eterno y también les sirva como ejemplo, y no termine siendo de tropiezo para nosotros.

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