No ingerir aves impuras.

“Y de las aves, estas tendréis en abominación; no se comerán, serán abominación: el águila, el quebrantahuesos, el azor, el gallinazo, el milano según su especie; todo cuervo según su especie; el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán según su especie; el búho, el somormujo, el ibis, el calamón, el pelícano, el buitre, la cigüeña, la garza según su especie, la abubilla y el murciélago.” (Levítico 11:13-19 RV60)

Explicación del mandamiento:

En este mandamiento se mencionan un total de 20 aves que son consideradas como “inmundas” o “no aptas” para su consumo. No se expresa ningún tipo de especificación respecto a ellas, y además, no se indica cuáles son las aves limpias o “aptas” para comer, ni alguna o algunas de sus características y de esta manera poder distinguir entre unas y otras. No obstante, debemos recordar que así como nosotros como padres buscamos enseñarle a nuestros hijos lo que es bueno para ellos, así también nuestro Padre Celestial nos instruye con sus mandamientos lo que es bueno para nuestra vida, y en este caso específico, para nuestra salud y alimentación.

Aves como la gallina, el pavo, el pato, el ganso, la codorniz, el faisán y otros animales que consumimos frecuentemente, no están dentro de este listado de aves No Kosher, por lo que sabemos que son aptas para comer.

No olvidemos que desde tiempos de Noé ya se tenía el conocimiento sobre qué aves eran inmundas y cuáles eran limpias, pues en las Escrituras se narra cómo él hizo distinción entre las aves que entraron al arca. Por tanto, parece evidente el porqué no se nos detalla nada al respecto de cuáles son las aves limpias y aptas para nuestro consumo. Cabe destacar que después de la mención de cada una de las aves impuras, también se incluye a “sus especies”, por lo que existen aún muchas más aves que no deben considerarse como limpias. También es necesario recalcar que la forma de preparación o el método de cocción utilizado no elimina la condición impura o inmunda del animal.

Muchas personas han tratado de cuestionar el porqué Dios al dar este mandamiento omite describir cuáles son las aves limpias para consumir. Podríamos considerar muchas razones, y la primera y más evidente es el hecho de que el evitar consumir estas aves tiene como objetivo el mantener una buena salud, pues estos animales son en su mayoría aves de rapiña, carroñeras, es decir, que se alimentan de cadáveres animales, por lo que consumirlos afectaría nuestro organismo, aspecto que es fácil de comprenderse utilizando la lógica y el raciocinio, aunado a que es un hecho que ya ha sido comprobado por la ciencia.

Sin embargo, necesitamos ir un poco más allá de la superficie y lo evidente y analizar el principio y esencia del mandamiento. Recordemos que cuando Israel salió de Egipto, comenzó un viaje a través del desierto y en su trayecto tuvieron contacto con muchos otros pueblos y naciones, que acostumbraban a consumir este tipo de aves, e inclusive a adorar a muchas de ellas como deidades, o utilizarlas para realizar sacrificios, hechicerías y adivinaciones. Por tanto, el mandamiento busca enseñarnos a evitar, mezclarnos y asimilarnos con las demás naciones, pues nosotros hemos sido apartados, separados para nuestro Dios.

De acuerdo a las investigaciones y estudios científicos, las aves del listado anterior comparten algunas características que dan evidencia del porqué no debemos consumirlas:

  1. Las aves limpias tiene un cuarto dedo en el dorso de la pata, y las de rapiña poseen garras y uñas largas, lo que apunta a que estas últimas cazan y buscan su presa en el aire, mientras que las primeras comen granos y buscan su alimento en la tierra.
  2. Las aves impuras no tienen buche ni molleja, mientras que las aves limpias sí, órganos que cumplen con una función similar a la de los animales terrestres rumiantes.
  3. Las aves limpias tienen un proceso lento de digestión y absorción de nutrientes que almacenan en el buche y pasan a la molleja.
  4. Las partes del intestino de las aves impuras no se separan fácilmente, mientras que en el caso de las aves limpias sí sucede.
  5. Más detalles de algunas aves impuras:
  6. El avestruz es un ave que a pesar de que no tiene buche, sí tiene molleja, pues se alimenta tanto de vegetales como de carne y carroña, por lo que es NO Kosher.
  7. La cigüeña o garza no tiene buche, ni molleja, solo estómago. Deshacen o destruyen su alimento por medio de algún ácido para digerirlo, pues se alimentan exclusivamente de carne.
  8. El cuervo es la única ave que tiene inteligencia, posee un cerebro más grande que el resto de las aves, tiene la capacidad de emitir cantos diferentes, crear diversas formas de escabullirse y usar a los demás animales para su beneficio.

Es interesante el hecho de que en 1ª Reyes 17:2-6, el Eterno envió un cuervo para alimentar al profeta Elías y en Génesis 8:6-7 Noé utilizo a un cuervo para reconocer si las aguas habían descendido su nivel sobre la tierra. Es probable que en ambos casos, esta ave haya sido utilizada debido a su singular inteligencia y habilidad.

Conclusión del mandamiento.

Pero más allá de lo lógico y humano que podemos entender, este mandamiento nos enseña a obedecer a Dios, confiar en que todo lo que Él nos manda hacer y decir es para nuestro bien, además de que, como en los mandamientos anteriores, nos capacita para desarrollar nuestra habilidad de discernimiento entre el bien y el mal, lo limpio y lo impuro, lo santo y lo profano.

Esta conclusión la vemos claramente plasmada en Isaías 55:8-9:

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55:8-9 RV60)

Así mismo en Deuteronomio 28:1-2 nos recuerda que el escuchar Su Voz y obedecerle traerá bendición y exaltación sobre nuestra vida:

“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.” (Deuteronomio 28:1-2 RV60)

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