Prohibición de ofrendar sacrificios fuera del Templo.

“Y no lo trajere a la puerta del tabernáculo de reunión para ofrecer ofrenda a Jehová delante del tabernáculo de Jehová, será culpado de sangre el tal varón; sangre derramó; será cortado el tal varón de entre su pueblo.” (Levítico 17: 4 RV 60)

Contexto del mandamiento:

Levítico 17:1-5, dice:

“Habló el Eterno a Moshé, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y diles: Esto es lo que ha mandado el Eterno: Cualquier varón de la casa de Israel que degollare buey o cordero o cabra, en el campamento o fuera de él, y no lo trajere a la puerta del tabernáculo de reunión para ofrecer ofrenda a el Eterno delante del tabernáculo del Eterno, será culpado de sangre el tal varón; sangre derramó; será cortado el tal varón de entre su pueblo, a fin de que traigan los hijos de Israel sus sacrificios, los que sacrifican en medio del campo, para que los traigan al Eterno a la puerta del tabernáculo de reunión al sacerdote, y sacrifiquen ellos sacrificios de paz al Eterno.” (Levítico 17:1-5 RV 60)

Explicación del mandamiento:

Sabemos que el Eterno todo lo tiene en orden, el mandamiento nos indica que no debemos hacer sacrificios fuera del orden del Eterno, si bien se trata de un sacrificio de paz, Ofrendas de paz (Shelamim) que no es obligatorio, sino que es en nuestra voluntad, aun así, tiene que llevar el orden del Eterno que está establecido y es que los sacrificios se hicieran el santuario y por medio de los sacerdotes, como lo podemos ver también en Deuteronomio 12:13:

“Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vieres; sino que en el lugar que el Eterno escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.” (Deuteronomio 12:13 RV 60)

Este mandamiento algunas veces es malinterpretado, el Eterno en su sabiduría da este mandamiento para que no se tuviera una mala interpretación, al ver que alguien estaba sacrificando algún animal en otro sitio, de los que hace mención porque se podía pensar que aquella persona estaba ofreciendo sacrificios a dioses ajenos, es sorprendente como el eterno nos guarda para no caer en malas lenguas, Lashon Hara.
La palabra Lashon Hara (“Lengua del mal, lengua para el mal”) refiere al acto de hablar despectivamente de otra persona. Constituye un pecado dentro de la Torá. Debemos de tener mucho cuidado, de no hacer cosas buenas que parezcan malas.

La pregunta era si se podía sacrificar para alimento, por supuesto que se podría sacrificar también animales para alimento, y lo podemos ver entre Deuteronomio 12:15:

“Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme a tu deseo, según la bendición que Jehová tu Dios te haya dado; el inmundo y el limpio la podrá comer, como la de gacela o de ciervo.” (Deuteronomio 12:15 RV 60)

Podemos entender que el eterno no se refería al sacrificio de matar para comer, sino al sacrificio de ofrenda de paz para comunión con Él.

Espíritu del mandamiento.

En la actualidad los sacrificios ya no están activos porque no hay Templo y porque el Mesías Yeshua vino a ser el Sacrificio Perfecto. Hoy en día podemos ofrecer el Eterno a nuestras ofrendas de paz, de reconciliación con nuestras propias acciones, pero tristemente existen varias personas allá afuera en el mundo que quieren servir a Dios, pero a su manera como ellos se sientan bien, aunque eso no es como el Eterno lo mando.

Por ejemplo, las personas dicen a veces que es mejor no congregarse porque no quieren sujetarse a ningún pastor o autoridad puesta por el Eterno y así se atreven a llevar a cabo cultos o reuniones, tratando de dirigir a otros, no es que esté mal reunirse, es más bien, no tener un propósito claro del porqué reunirse y además que la autoridad del sacerdote representada por el pastor no esté dirigiendo dichas reuniones; esto es un ejemplo de cómo hoy en día se pueden hacer los sacrificios fuera del orden del Eterno.

Conclusión.

La conclusión del mandamiento 186 dice: “Prohibición de ofrendas, sacrificio fuera del patio del santuario”, por lo tanto, debemos estar atentos al orden que el Eterno desea que hagamos, la manera correcta de darle nuestras ofrendas o regalos, porque seguramente si uno se quiere reconciliar con su esposa y le dice: “Mi amor te tengo un regalo, pero falta ir a buscarlo a la tienda y terminar de pagarlo, pues obviamente esta forma de presentarlo le va a molestar, ¿verdad?

Pasa lo mismo con las cosas del Eterno, que a diferencia de las esposas que se adivina lo que quieren, para el Eterno es claro y lo ha dejado por escrito para no fallar y si fallamos también ya nos ha dejado la solución que es nuestro Adon Yeshua el Mesías.

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