Mandamiento 21
Narrar la historia del Éxodo de Egipto

en la noche del Seder, el día 15 de Abib.

“Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que el Señor hizo conmigo cuando me sacó de Egipto”. (Exodo 13:8. RVR1960).

Explicación del mandamiento.

Se debe narrar esta historia el día 15 de Abib o día de la noche del Seder (orden) de Pésaj para todos los que estén allí presentes.

En esto consiste este mandamiento, es simple, pero con una gran importancia. Lo comento porque en realidad la noche de Pésaj (panes sin levadura), es básicamente un recordatorio de lo que sucedió en ese día.

En realidad, en la época de Yeshua y previo, no se hacía tan complicado y tan complejo como lo hacemos hoy seguramente, pues era algo más simple, invitar a tu familia, o las personas cercanas a tí, a compartir esa noche los alimentos y, recordar en forma de historia, lo que pasó antes, recordar los viejos tiempos pero con un propósito muy importante.

Es importante transmitir ésta historia principalmente para nuestros hijos, esto es porque la historia del relato del éxodo, forma una parte esencial de todo este Seder y cuando dejamos de hacerlo, lo que se pone en riesgo es la continuidad de la identidad del pueblo.

Recuerden que el propósito de las festividades es crear un arraigo, crear una identidad, y afianzar la cultura que tenemos como pueblo de Dios.

La noche del Seder de Pascua es una oportunidad de reafirmar esto, y al mismo tiempo, es un recordatorio para no olvidar de dónde nos sacó el Eterno.

Esto nos va a dar humildad, a ponernos en un nivel correcto de humildad y no olvidar de dónde te sacó el Señor. A veces, cuando venimos a la Palabra y ya tenemos y ciertos años, es común olvidarnos del bote de basura de donde nos tomó el Señor un día, y ya nos sentimos como Pedro cuando le dijo: “Señor, jamás he comido cosa inmunda”.

Quién de nosotros podría decir delante de Dios: “yo he guardado todos los mandamientos, yo siempre he estado delante de tí y siempre he sido fiel”, en realidad, ninguno podría hacerlo.

Un recuerdo inolvidable.

El relato del éxodo es recordar de dónde te tomó el Señor, recordar dónde estabas parado, cuál era tu situación y recordar un poco esos latigazos del pasado, para que en el presente mantengas esa humildad, y para que tengamos una esperanza futura.

Recuerden que Pésaj, la salida de Egipto, sólo fue el primer paso, para llevarlos a una tierra donde vivirían conforme a la Torá (instrucción), conforme a los mandamientos. Es muy importante afianzar esto en nuestros hijos. Hay un dicho que dice: “el pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla”, y yo creo que esto en realidad es una ley. ¿Cuántas veces no nos ha pasado? Por no aprender de nuestros errores, o nuestras experiencias anteriores o las experiencias de nuestros padres, y nos estamos formando en la fila para cometer el mismo error.

Este es un mandamiento muy práctico, porque consiste en no dejar pasar este momento, y quizás este es uno de los momentos más importante del Seder. Hay muchos momentos que se hacen en esa noche, pero que no se nos olvide esta parte, sobre todo para nuestros hijos. Nosotros somos más conscientes de muchas cosas por nuestra madurez, pero nuestros hijos no deben olvidar cuáles son nuestras raíces, nuestros orígenes. La misma Torá dice que cuando entraran a la tierra prometida, ellos debían declarar y decir: “Mi padre fue un Arameo”, así que, no me puedo jactar de mi linaje, pues el Señor me tomó de ahí.
Pablo, cuando tiene un momento fuerte con Pedro, en la carta de Gálatas, le recuerda de dónde salieron, diciéndole: “recuerda de donde salimos tú y yo, recuerda que tú no vives como judío en realidad, entonces, ¿por qué ahora, quieres aparentar algo que no eres?”.

Entonces, recordar en esta noche de Pésaj, de dónde nos tomó el Señor, y de cómo vivimos, es acordarte un poquito de esas raíces.

Conclusión.

Finalmente, es importante que cuando se cuenta la historia del Seder, cada persona debe contarla como si hubiera estado ahí. La idea es regresar al pasado, recordar es vivir, Imaginarte que tú mismo eras parte de ese momento. Se dice que es un gran mérito también cuando se narra el Seder de Pésaj con mucho énfasis, y se le ponen muchas ganas.

Se considera un mandamiento bien cumplido, cuando haces la narrativa, y logras involucrar a la gente e introducirla en la historia, y logran captar la esencia del por qué se dio todo esto.

Este es el primer paso de una gran esperanza que todos los días tenemos, de morar en la tierra de Abraham, Isaac y Jacob junto con el Mesías, y poder establecernos ahí como un pueblo libre, y no sólo libre en el sentido físico o material, sino libres en toda la plenitud de la palabra. Libres del pecado, libres de la esclavitud de nuestras propias pasiones y deseos, y tener esa seguridad de que habitamos seguros con el Señor.

Este mandamiento básicamente consiste en que esa noche se narre la historia del éxodo, narrar la historia de la Pascua. Decirles a tus hijos: “hoy estamos aquí, porque Dios hizo estos milagros hace mucho tiempo. Estábamos esclavizados, oprimidos, cautivos y no teníamos manera de salir, pero el Señor con su mano poderosa y por la sangre de un Cordero nos dio esa libertad”.
Para nosotros cobra hoy mayor sentido cuando lo relacionamos con Yeshua, ese Cordero que fue enviado de parte de Dios para traernos la libertad de Egipto y la libertad del pecado.

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