308. Descansar de las tareas cotidianas en el día Shavuot.

309. No realizar tareas cotidianas en la festividad de Shavuot.

Y convocaréis en este mismo día santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis; estatuto perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras generaciones. (Lev. 23:21 RVR60).

Explicación del mandamiento:

Estos mandamientos nos dicen que hay que descansar y no trabajar en el día de Shavuot. Hay mucho más que entender que el solo hecho de descansar.

A estos días de descanso, correspondientes a las festividades, se les conoce también como Shabatón; es una expresión modificada de la palabra Shabat, es una manera de llamarlos.

Estos días de reposo, correspondientes a las fiestas, pueden caer entre semana o en Shabat. El mandamiento dice que debemos descansar donde quiera que habitemos, por estatuto perpetuo, por todas nuestras generaciones. Y se preguntarán:

¿Por qué es importante este tema del descanso?

Primeramente, porque con esto, en cierta manera, el Eterno nos quita cualquier pretexto para no celebrar las fiestas; es decir, si tomamos un día festivo o un día feriado en el calendario secular, y ese día haces una convocación o una fiesta, es más fácil que las personas acudan, pues saben que es un día libre, si saben que no tienen que trabajar; de la misma forma, en el calendario de Dios, Él también decretó estos días como días de descanso.

Lamentablemente, para nosotros, los que estamos en el mundo, que no vivimos en Israel; y aun así viviendo en Israel, hay ciertas restricciones: el calendario secular no va a la par del calendario del Eterno, y esto lo hace ser un reto mayor para los que guardamos sus mandamientos; y, mientras mayor es el reto, mayor será la bendición, muy seguramente. Mientras más difícil nos resulta guardar un mandamiento, mayor será la recompensa en ello.

¿Por qué el Eterno nos manda descansar en estos días?

Porque es uno de los propósitos de la fiesta de Shavuot, en Shavuot conmemoramos la entrega de la Torá, y la Torá es libertad. Andaré en tus mandamientos y andaré en libertad, dice el salmo 119.
Un hombre libre es un hombre que puede descansar, porque está obedeciendo a un solo amo, a un solo dueño, a un solo Señor; y si el Señor nos ordena descansar, a libertad nos llamó. Tomar estos días de descanso es una manera también de decretar que somos hombres libres y que estamos obedeciendo al amo de amos, al Señor de Señores, al Rey de Reyes; al que es el patrón de todos.

Aunque para algunos de nosotros es un tema difícil el hecho de pedir permisos en el trabajo, es un tema de adversidad en el trabajo, pudiera ser que si pedimos más días, nos pueden despedir; pero, efectivamente, ese es el esfuerzo que debemos hacer, porque la bendición siempre será al doble o al triple cuando lo hacemos para el Eterno, porque Él ve nuestro esfuerzo, conoce nuestro corazón.

¿Por qué otra cosa es importante descansar en estos días?

Porque, de esta manera, estamos transmitiendo al mundo lo que es importante para nosotros, y al mismo tiempo, les estamos diciendo a las futuras generaciones, empezando por nuestros hijos, lo que es importante en la vida. Por ejemplo, si El Eterno no lo quiere, tenemos una emergencia con nuestra familia, un accidente, o alguna enfermedad de nuestros hijos: no avisamos, nos tomamos el día, sin avisar, porque es algo de fuerza mayor, importante para nosotros.

Cuando nosotros descansamos en días de fiestas Bíblicas, le estamos diciendo al mundo: para mí esto es de fuerza mayor; y le estamos enseñando qué cosas son importantes para nosotros: que es más importante guardar el descanso de la fiesta de Shavuot y guardar la fiesta, a ganar algún ingreso importante en ese día o incluso arriesgarme también en mi trabajo.

Con esto no decimos que no es importante el trabajo, y cuando llegue la fiesta abandonemos el trabajo, no tiene que ser así, debemos tomar el ejemplo que en algún momento tomó el patriarca Jacob con su suegro Labán: trabajó, se esmeró, se esforzó de tal manera que, se hizo rico, y en el momento que él deseó partir, le dijo: ponte tu sueldo, tómate los días de descanso que quieras, haz el negocio que quieras, pero no me dejes, porque por medio de ti, tengo bendición.

Así que, esfuérzate en tu trabajo; gánate esos días a pulso; que cuando tú pidas esos días de descanso, te digan: claro que sí, porque te los has ganado a pulso, que eres un excelente empleado, un excelente trabajador, te organizas de tal forma en tu negocio que puedes cerrar esos días, que no tienes ningún adeudo con proveedores o con clientes. Sin lugar a dudas, las fiestas tienen esta parte didáctica que nos enseña a organizarnos, a ser empleados, responsables, modelos, que cuando pidamos estos días, no haya nadie que nos diga que no.

Conclusión:

Así que veamos estos siclos de fiestas como una gran oportunidad de proclamar al mundo nuestra fe; de dejar una huella en la fe de nuestros hijos, de organizarnos mejor, de tomarlo como un reto y seguramente, la fiesta cobrará otro sentido.

 

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