NO TALAR LOS ÁRBOLES FRUTALES AL SITIAR UNA CIUDAD.

Deuteronomio 20:19: Cuando sitíes alguna ciudad, peleando contra ella durante muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer. No los talarás, porque el árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio. (RV60).

EXPLICACIÓN DEL MANDAMIENTO.

Este mandato está aplicado principalmente cuando están en guerra y no se ha alcanzado un acuerdo de paz. En una situación así, este mandamiento cobra mucho sentido: no talar los árboles frutales que podrían proveer alimento después de finalizar la guerra. Aunque ya no haya guerra, está totalmente prohibido talar árboles frutales debido a su utilidad.

Este mandamiento siguió vigente incluso en tiempos de paz en la tierra de Israel. Los romanos en tiempos antiguos destruían y arrasaban con todo a su paso en su afán por conquistar territorios. Sin embargo, el Eterno indicó que el pueblo de Israel debía ser diferente a todas las naciones. Por eso, envió mandamientos, leyes y estatutos para que su pueblo mantuviera su propia identidad.

En cada batalla, debían actuar de manera distinta, no destruyendo lo que luego les proporcionaría alimento. Debido a la demora en el crecimiento de los árboles y la aparición de los primeros frutos, el hombre debía esperar 4 años antes de poder consumir sus frutos. Deuteronomio 19:20: Pero del árbol que sepas, que no da fruto, podrás destruirlo y talarlo para construir un baluarte contra la ciudad que te hace la guerra, hasta someterla. (RV60).

EN CONCLUSIÓN. El hombre actual ha malgastado los recursos naturales y destruido todo en busca de beneficios a corto plazo. El hombre no puede crear un árbol ni darle vida; solo el Eterno tiene ese poder. Sé sabio, piensa en tu futuro y no destruyas tu propio porvenir. No destruyas lo que el Eterno te ha proporcionado para tu sustento.

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