El precepto para el tribunal de apedrear hasta la muerte a quienes hayan sido sentenciados a dicha pena.

Deuteronomio 22:23-24:

 “Si hubiera una muchacha virgen desposada con alguno y alguno la hallare en la ciudad y se acostare con ella, entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad y los apdrearéis  y morirán, la joven porque no dio voces en la ciudad y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo, así quitarás el mal de en medio de ti.” (Deuteronomio 22:23-24 RV60)

Explicación del mandamiento:

Esto suena bastante fuerte a nuestros oídos occidentales, en pleno siglo XXI,  el hecho de matar a una persona apedreada, suena retrógrada, muy contrario a lo que nos enseñan en cuanto a  la “democracia” y aspectos generales alusivos a lo que hoy se entiende por derechos, por justicia, que de verdad son conceptos que a aunque podamos tenerlos aparentemente muy desarrollados, siempre están en entredicho dependiendo de ciertas situaciones por ejemplo si vas a una cárcel, la mayoría de los que están ahí dentro te dicen que están ahí injustamente, que son inocentes.  

Es complicado hablar de Justicia, es difícil dejar satisfechos a todos. La Biblia no es en sí un libro de derecho, no es un libro que contenga tal cual estipulaciones como tipo artículos como en una Constitución, sin embargo, sí busca regir una sociedad, sí busca regir al pueblo de Dios, por lo tanto, existen aspectos que chocan con elementos que tenemos considerados en una mente democrática y occidental.

En estos versículos de Deuteronomio 22: 23-24, Evidentemente aquí se está dando una situación muy específica, se está dando por hecho el adulterio, no es violación ni abuso sexual, sino de consentimiento mutuo para cometer este acto.  Hay ciertos casos como este, por ejemplo, en que la Torá menciona una situación y de la cual se deriva un mandamiento. En este caso de la situación particular del adulterio se deriva este mandamiento del precepto para el tribunal de apedrear hasta la muerte a quienes hayan sido sentenciados a dicha pena.

Tenemos que entender varios elementos, primero de ellos es que este tipo de preceptos que conllevan la pena capital, no son aplicables el día de hoy, si leemos con atención lo que dice el mandamiento es: “El precepto para el Tribunal” es decir, no podemos ejercer justicia por nuestra propia mano, ni tú, ni yo, ni ninguna persona cualquiera, porque no somos una autoridad que haya sido específicamente dada u otorgada por Dios para tal acción. Aun en aquellos días existía un tribunal de justicia como prácticamente en todas las civilizaciones ha habido, esto suena así como sáquelo y agarren cada quien las piedras que pueda y apredeenlo. Por supuestos que en todos los casos de pena capital, existe y existirá el derecho de la defensa y existirá el derecho a un juicio y este juicio debe de ser llevado bajo ciertas estipulaciones que conllevan la justicia, la rectitud y el honor. 

El primer planteamiento que nos deja este mandamiento es: No podemos ejercer justicia por nuestra propia mano. Es decir,  a veces se toma esta idea como que en cualquier momento, si la Torá se aplicará, ya nos estaríamos apedreando unos a otros.  En su momento, hace mucho tiempo, llegué a escuchar una persona que como defensa para decir que no hay que aplicar la Torá, que no hay que vivir los mandamientos, que la Torá ya no está vigente, decía:  “si lo vas a aplicar, hay que aplicarlo todo, entonces hay que apedrear todos los casos que ahí se mencionan, por ejemplo: “el adulterio,  el que transgrede el shabat,  la blasfemia, etc.” Y no es así, no era así como una ley de la selva donde el más fuerte o él más justo sobrevivía, por supuesto que no era  así la vida  de esa manera,  había jueces, había juicios y cada juez que era asignado tenía que cumplir un perfil muy específico, como el día de hoy, una persona no puede aspirar a ser juez o magistrado, sino que tiene cierta formación educativa, cierta carrera, si no tiene cierto testimonio, se toman en cuenta muchas características personales. El que hoy vivimos en una sociedad sumamente corrompida, no quiere decir que automáticamente esos eran los lineamientos que se llevaban antes. Si no que es todo lo contrario, hoy vivimos en una sociedad mucho más corrompida por el soborno, por la avaricia, por la corrupción. Y en aquellos días se consideraba que los jueces eran mucho más justos, más objetivos que los que encontramos el día de hoy.  Entonces:

Número 1. No podemos apedrear a alguien porque tú y yo no somos parte de ese sanedrín o de ese tribunal. 

Número 2. Esto se llevaba a cabo en los días del Templo, se consideraba que no solo el Templo tenía que estar en pie, sino que el Tribunal o el Sanedrín tenía que ejercer como tal con plenos poderes desde la capital, es decir, desde Jerusalén.

Por ejemplo, en caso de la diáspora, en caso de comunidades judías que vivían fuera de Israel, no podían hacer esto porque no estaban dentro de la jurisprudencia o jurisdicción del territorio de Israel y del Sanedrín de Jerusalén. Si una persona cometía adulterio en Roma o en España o en otro país, no podía decir: “somos una comunidad judía, vamos a aplicar esto” porque las mismas leyes de la nación tendrían o no su aprobación o su condenación. 

Esto lo comparamos,  por ejemplo, si ves a un automovilista que se pasa el alto, lo cual es una evidente transgresión, pero tú no puedes alcanzarlo, detenerlo y bajarlo del carro y decirle: “Señor, acaba de transgredir o acaba de cometer una violación al reglamento de tránsito, le voy a poner una multa o me voy a llevar su carro o entrégueme sus documentos, entrégueme su licencia de conducir” Si tú o yo hiciéramos eso, que pensaría la persona que estaría manejando, que se pasó el alto, no cabe duda que pensaría que tú estás loco, te diría: “Quién eres tú para detenerme” Tú no puedes detener a alguien, aunque esa persona haya flagrantemente violado el reglamento de tránsito, porque tú no tienes la placa de la autoridad, tú no tienes la jurisprudencia para hacer una acción así. 

Exactamente, es  igual al día de hoy.  Entonces el argumento que yo escuche de alguna persona es: “ah bueno, si ustedes quieren guardar la Torá, apedréense unos a otros” Y no se trata de eso, no es de esa manera, cada mandamiento tiene por sí mismo sus propias condiciones y en este caso, este mandamiento que estamos estudiando, una de las condiciones era esa, que existiera un Sanedrín, que ejerciera desde la santa sede que era Jerusalén, que estuviera el Templo en pie. Esos eran los aspectos principales a mencionar.

En la Escritura estaban estipulados cuatro tipos de muerte, que se llevaban a cabo por medio del Sanedrín.

Esto puede sonar muy fuerte, muy drástico, en el sentido violento, pero hoy en día mueren muchísimas más gentes de otras formas, sin ni siquiera poder tener derecho a un juicio. Aunque el hombre de alguna manera lo ha suavizado, ha maquillado más la pena de muerte, aún sigue siendo el mismo resultado, ya sea por  inyección letal o silla eléctrica, al final el resultado es el mismo: PENA CAPITAL  y no podemos decir que ahora es menos violento porque ya no se le puede preguntar al fallecido. 

Cuatro tipos de muerte de pena capital determinados en la Biblia:

  • Lapidación
  • Quema
  • Decapitación o espada
  • Estrangulación o ahorcado.

La primera es lapidación que es la que ya comentamos, no hay como un acuerdo de cuál era la peor de las cuatro. Algunos comentaristas judíos dicen que la peor era la lapidación, otros dicen que era la quema, en fin no sabremos a ciencia cierta.

En  lo personal considero que la quema era terrible debido a un accidente que sufrí al estar asando la carne de cordero para la fiesta de Pesaj me saltó una chispa y mi playera se encendió, pero como siempre uso playera de algodón bajo la ropa porque ahí porto mis tzit tzit, prácticamente eso me salvó de una gran quemada en mi piel; como consejo: “Lo mejor de usar  Los tzit tzit  es que  te pueden salvar de lo que menos pensamos”. Definitivamente, para mí la quema de una persona era lo más terrible.

¿Qué sucedía si una persona era acreedora a dos tipos de muerte, cuál se le aplicaba, la más severa o la más tranquila?, definitivo se aplicaba la más severa. Para realizar el proceso de lapidación, también hay un registro, hay evidencias, y entre las formas en que se apedreaba a la persona era que primero se le despojaba de la ropa, no sabemos el porqué se hacía esto. Como por ejemplo el caso de Yeshua cuando dice la escritura que los soldados romanos echaron suertes para ver quién se quedaba con su manto.

Por ejemplo  también hay otro caso en el libro de los Hechos 7:55-60, seguramente has leído este pasaje donde Esteban después de una gran disertación y hablar muy claramente y exponer a los líderes en Jerusalén su error, su necedad, ya al final de este discurso dice:

“Pero Esteban lleno de Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Yeshua que estaba a la diestra de Dios, y dijo, He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre que está a la diestra de Dios. Entonces ellos, dando grandes voces se taparon los oídos, y arremetieron aún contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un jóven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Estéban, mientras él invocaba y decía: Señor Yeshua recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiéndolo dicho esto, durmió.” (Hechos 7:55-60 RV60)

Aparentemente, aquí nos da la evidencia, que era relativamente rápida la muerte por lapidación, Esto que sucedió particularmente en el libro de los hechos, no es exactamente  el proceso de lo que sucedía, pero parte de ese proceso era que le quitaban la ropa, este detalle que leemos aquí, que quedó marcado en la vida de Saulo o Pablo de Tarso dice “yo me quedé con esas ropas” como cargando definitivamente en su conciencia ese asesinato. Era uno de los detalles que nos muestra que se confirma en el Nuevo Testamento, tal como está escrito en la Tradición Judía, en la Ley Oral, por ejemplo, dice que a las mujeres no se les desnudaba por recato, por respeto, sino solo se les dejaba con una prenda. ¿Cuál era el procedimiento? Se dice que se les subía al 2.º piso de una casa o el doble de la altura de un hombre, o se le subía a un montículo o algo semejante, se dice que se le amarraban las manos firmemente a la espalda y uno de los testigos la empujaba a la altura de la cadera para que cayera de frente, boca abajo y se le daba la vuelta cuando caía y si no moría por esa caída el segundo testigo le dejaba caer en el corazón una piedra grande y si aun así no moría la gente procedía a aventarle piedras hasta que se le mataba.

 ¿Por qué estos dos detalles de los dos testigos? Vamos a confirmarlo con la Torá en Deuteronomio 17:6–7:

“Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo. La mano de los testigos caerá primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 17:6–7 RV60)”

Esto es lo que acabamos de explicar cuando dice:  “la mano de los testigos caerá primero, uno lo empujaba y el otro dejaba caer la piedra en el pecho y si no moría entonces lo apedreaba todo el pueblo hasta que muriera”.

Esto es parte de todo ese proceso  de ejecución y como reitero, una vez más todo esto se daba prácticamente en los días del Templo;  Ahora, por ejemplo, Roma, el Imperio Romano, en los días del Templo, en los días de Yeshua, quitó el derecho de ejercer la pena capital a los Judíos, que es lo que acabamos de leer en el caso de Esteban o en el caso de Yeshua.

Cuando llevan a Yeshua ante  Pilato en Juan cap. 19, ellos pedían que lo crucificaran y Pilato les dice tómenlo ustedes y crucifíquenlo porque yo no hallo ningún delito y los Judíos le respondieron nosotros tenemos una Ley y según nuestra Ley debe morir porque se hizo a sí mismo hijo de Dios, entonces por qué ellos mismos no lo mataban? Porque Roma les había quitado ese derecho; sin embargo, hay registro en dos ocasiones que a Yeshua lo quisieron apedrear y esto se considera que era una transgresión de la misma prohibición que les había hecho Roma, se arriesgaban como en el caso de Esteban que por eso dice que lo sacaron de la ciudad y bueno finalmente Roma tenía cuestiones que tal cual como Pilato se lavaba las manos y les decía “son sus asuntos,  háganse bolas, mientras ustedes no hagan un alboroto, no hagan una sedición, matense, apedréense a quien quieran”. 

El mismo caso de la mujer adúltera en Juan cap. 8 que es llevada delante de Yeshua y le dijeron: “según nuestra Ley debe morir y tú que opinas” Yeshua no les dijo que no, sino: “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra” pero primero debían de ser los dos testigos, y además no estaba el adúltero, Yeshua no está diciendo que no a la Torá, sino que está diciendo que no estaban los elementos morales ni legales para que se llevara a cabo, en este caso no era una justicia sino que era prácticamente un linchamiento, entonces sí existían casos en los que  los mismos judíos se arriesgaban y tomaban cartas en el asunto.

Algunos ejemplos de lapidación mencionados en la Torá son:

Éxodo cap. 19  El Eterno dijo que cualquiera que se acercara al Monte Sinaí mientras Dios estaba entregando las diez declaraciones llamadas los Diez Mandamientos, será apedreado, será asaeteado, era una cuestión de tanta santidad que no se podían acercar en ese momento al monte. – Había casos de animales que eran apedreados, por ejemplo en Éxodo cap. 21:28 Si un buey acorneare a hombre o mujer y a causa de ello muriere, el buey será apedreado y no será comida su carne, más el dueño del buey será absuelto.  Es una mención de una lapidación en animales.

En Números cap. 15, se menciona un caso muy particular en el que un hombre se encontraba recogiendo leña en el día de reposo y se lo llevan a Moisés y hay dos o tres casos en los que dice que Moisés no sabe qué hacer,  no estaba declarado en estos casos que se hacía, entonces Moisés va y le pregunta a Dios y le explica “esta persona se encontró transgrediendo el Shabat” y Dios le contestó a Moisés “irremisiblemente muera aquel hombre, apedréenlo toda la congregación fuera del campamento” entonces lo sacó la congregación fuera del campamento y lo apedrearon y murió como el señor mandó a Moisés. 

Entonces la  transgresión de transgredir  Shabat si está estipulado que era por apedreamiento. He mencionado que en ciertos casos dice “morirá” pero no dice como, se considera que se aplicaba la pena menos severa, que en estos casos se consideraba la estrangulación. 

Para el proceso del Estrangulamiento se dice que se ponían unas telas como si fuera una bufanda y dos personas tiraban de los lados y la persona quedaba degollada, se dice que la persona quedaba como dormida, perdía la conciencia y ya no despertaba por eso se consideraba  que era la muerte  menos severa, el Estrangulamiento.

Después la Espada, también era decapitación rápida, en tercer lugar puede ser, según el debate, es la lapidación o la quema.

Otros ejemplos de lapidación según la Torá:

En Levítico 24: 11-16, un hombre que blasfemó el nombre de Dios, y entonces dice que una vez más se lo llevan a Moisés y Moisés no sabe que hacer, lo ponen en la cárcel y Moisés preguntó a Dios y le respondió  “saquen al blasfemo fuera del campamento y todos los que lo oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él y apedréenlo toda la congregación.”  La Blasfemia también era motivo de pena capital, en este caso por apedreamiento.

Otra causa de pena capital, por entregar a un hijo al Dios Moloc, Levítico 20:2,3. 

Por invocar o evocar falsos espíritus o prácticas de adivinación, Levítico 20:27.

Por idolatrar a otros dioses o incitar a otros a practicar la idolatría también era motivo de apedreamiento.

Por casarse en caso de la mujer, sin ser virgen y era denunciada por el esposo, también sufría el apedreamiento, Deuteronomio 22:20-21.

El adulterio que se aplicaba para los dos. El adúltero y la adúltera  morirán irremisiblemente, que es el pasaje que da pie al mandamiento que estamos estudiando.

Otros casos de apedreamiento, el caso de Acan que tomó del anatema en Josué cap. 7, este hombre que se le hizo fácil tomar lo que era de Dios y Dios dijo sáquenlo y apedréenlo todos.

A Yeshua lo intentaron apedrear al menos dos veces, como lo dice Juan cap. 8 y Juan  cap. 10 a costa de la prohibición Romana.

A Pablo lo apedrearon en Listra, Hechos 14, fue un acto muy fuerte para él, algunos asumen que murió y que hubo una resurrección.

Y la primera mención de apedreamiento en la Biblia, por lo que se muestra que era un castigo muy común, pero muy antiguo, es en Éxodo 8 cuando faraón llama a Moisés y le dijo “bueno ofrezcan sacrificio a su Dios aquí en la tierra de Egipto” y le contestó Moisés : “no podemos hacer así “porque Moisés entendía que si ofrecían sus sacrificios en esa tierra los iban a apedrear los egipcios porque el sacrificar corderos para los egipcios era una deidad y si los veían hacer eso no contarían más con sus vidas.

Conclusión:

Esto es un testimonio de que tan antigua era esta práctica de pena capital, hay países aún hoy en día en medio oriente que se sigue llevando a cabo en ciertos casos particulares, por supuesto que en general se condena este tipo de actos, sin embargo, seamos honestos, la Torá habla de penas capitales, pero siempre y cuando llevado a cabo bajo los lineamientos de justicia, de justos juicios para que entonces no se cometa una transgresión peor.

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