No sacar las telas del arca del mismo
Relativos a los panes de la proposición e incienso
Preparar las luminarias de la Menorá

Explicación del mandamiento 96

Las varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de ella. (Ex. 25:15 RVR60)

Las varas quedarán en los anillos del Arca, vamos a leer desde el verso 10 para entrar en contexto.

Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor. Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado. Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro. Y meterás las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca con ellas. Las varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de ella. (Ex. 25:10-15 RVR60).

El Arca representa la presencia de Dios y en el mandamiento solamente dice no retirar las barras del transporte, porque tenían que estar los hijos de Israel o todo el pueblo pendiente de que en cualquier momento tenían que irse o transportarse hacia otro lugar y llegar a un destino, así como el Arca representa la presencia de Dios, ahí se guardaba el testimonio y las tablas de la ley, las tablas era el Pacto, y el testimonio que también podía ser la Torá.

Yeshúa nuestro mesías, es quien guardó el Pacto y fue el testimonio perfecto. Entonces, si este pacto está en cada una de las personas o en nosotros, junto con el testimonio, podemos vivir muy bien. Más el mandamiento nos hace referencia que hay que llevarlo a otras partes y aún trasciende más allá de la vida, pues este mundo es temporal, ya que a donde queremos llegar es el Olam Abba, al mundo por venir.

Explicación del mandamiento 97

Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente. (Ex. 25:30 RVR60)

Y tomarás flor de harina, y cocerás de ella doce tortas; cada torta será de dos décimas de efa. Y las pondrás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa limpia delante de Jehová. Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como perfume, ofrenda encendida a Jehová. Cada día de reposo lo pondrá continuamente en orden delante

de Jehová, en nombre de los hijos de Israel, como pacto perpetuo. Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales lo comerán en lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a Jehová, por derecho perpetuo. (Lev 24:5-9 RVR60).

Cada día de reposo se presentaban los 12 panes, representando a las 12 tribus de Israel, cada vez que se cambiaba el pan, los sacerdotes llevaban la porción nueva y tomaban de la que había estado los 6 días previos, pero Dios, siendo espiritual, no necesita comer, pero Dios sabe que nosotros si comemos y él es nuestro proveedor, así de esta manera vemos como nos enseña que los sacerdotes debían esperar una semana hasta el cambio de los panes para poder comerlos. Dios es nuestro proveedor, pero nos toca hacer también nuestra parte, sabemos que nos va a dar una porción, pero nos toca trabajar 6 días, presentar nuestras ofrendas o nuestra provisión y también. Él nos va a dar esa parte que nos ha prometido.

Yeshua, como nuestro pan de vida en Juan 6:51, también nos ha hablado, que no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de él.

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. (Juan 6:51 RVR60).

Explicación del mandamiento 98

Vamos a leer desde el versículo 20 de éxodo:

Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas. En el tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos para que ardan delante de Jehová desde la tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus generaciones. (Ex. 27:20-21 RVR60).

Los sacerdotes eran quienes encendían las lámparas, Dios les había dicho, mande a los hijos de Israel que ellos traigan el aceite. Ellos eran los encargados de llevar el aceite hacia los sacerdotes, quienes eran los encargados de encender las lámparas y presentar este delante de Dios. Ahora, Yeshua como nuestro sacerdote, nos presenta ante Dios, es decir, a él, debemos llevarle nuestro aceite puro, que podría ser nuestras buenas obras, buenas acciones, un corazón limpio. Y cada uno de nosotros como sacerdote de nuestro hogar. En el templo era la luz de las luminarias la encargada de infundir al mundo de luz espiritual. Ahora es el hombre quien, en su rol de pequeño santuario, debe iluminar al mundo circundante con el brillo espiritual de su alma.

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