353. La persona que haya consagrado el valor de un animal, debe entregar el dinero que determine el sacerdote.
354. Quien haya consagrado su casa y quiere recuperarla, debe entregar el valor que tase el sacerdote más un quinto.
355. Quien haya consagrado el valor de un campo, debe entregar el dinero estipulado en la Torá.

 

Explicación del mandamiento 353:

A continuación tenemos las bases de cómo se estipulaba y de cómo se llevaban a cabo estos mandamientos en los días en los que sabemos que había un tabernáculo o posteriormente un templo.

Sí lo que se presenta como ofrenda al Señor es un animal impuro, se llevará el animal ante el sacerdote, sí el que consagró su casa quiere rescatarla, deberá añadir una quinta parte al valor que haya fijado el sacerdote, y la casa volverá a ser suya.
Sí alguno consagra al Señor parte del campo de su heredad familiar, su precio se determinará según la cantidad de semilla que se requiera para sembrarlo, a razón de cincuenta monedas de plata por cada doscientos veinte litros de semilla de cebada.

Y enseguida, vamos a tratar de analizar cuál es el principio de estos mandamientos, cuál es el espíritu que contienen estos mandamientos en este capítulo 27 de Levítico, principalmente hemos estado hablando de las ofrendas voluntarias, de momentos, de objetos de personas que son consagradas al Señor. Y eso es algo que no ha pasado, independientemente de sí hay templo o no, nuestras vidas, nuestras acciones, nuestro tiempo, incluso nuestras cosas, podemos seguir consagrándolas al Señor. No necesitamos un templo para llevarlas a cabo, podemos simplemente entregarlas al Señor, cuando nosotros hacemos este compromiso.

Así que en este caso, tenemos lo que dice en el mandamiento 353 de Levítico que dice de la siguiente manera…

Si fuere algún animal inmundo, de que no se ofrece ofrenda a Jehová, entonces el animal será puesto delante del sacerdote, y el sacerdote lo valorará, sea bueno o sea malo; conforme a la estimación del sacerdote, así será. Y si lo quisiere rescatar, añadirá sobre tu valuación la quinta parte. (Lev. 27:11-13 RV60)

Estas son instrucciones a los Levitas, a los sacerdotes que iban a recibir estos animales.
Así que, estamos en una situación, en los mandamientos anteriores que estudiamos, vimos, que los animales que se podían presentar eran animales kosher, es decir, ovejas, corderos, chivos, cabras, animales que estaban permitidos para ofrenda.

Pero ¿qué sucedía si la persona no se dedicaba a la crianza de animales? ¿qué sí tenía otro tipo de negocio? O simplemente no tenía la posibilidad en ese momento de ofrendar uno de estos animales, también aún así, podía llevar a cabo una ofrenda de algún animal inmundo, esto no significa que este animal iba a ser sacrificado, ¿pero que iban a hacer los sacerdotes? Lo van a tasar, lo van a estimar, se vendería, entonces ese dinero sería consagrado para el templo, o para un uso que los sacerdotes le pudieran dar, y esto nos habla también de que Dios no hace acepción de personas, lo que importaba es que, sí una persona tiene en su corazón el querer dar algo, no tenía porque estar limitado a ciertos animales, aquí podía ser de cualquiera. Por otro lado, lo que este mandamiento implica aquí para los sacerdotes, es que tenían que valuarlo, tenían que revisar estos animales, para que pudieran determinar el costo, y también implica, en este mismo pasaje, que sí una persona, también caía en arrepentimiento, al decir, siempre no, he decidido no hacer esto, entonces, tenía la posibilidad de rescatarlo, pero, con un veinte por ciento más del valor. Entonces, era importante también considerar lo que se daba, porque si alguien se arrepentía, había un costo extra para poder rescatarlo.

Por lo tanto, el sacerdote evaluaba al animal, determinaba una cantidad, y de esta manera se definía el monto que se estaba dando como ofrenda. Y esto también nos deja una lección importante hoy en día. Hay personas que a veces desean ofrendar ciertos objetos a las congregaciones, pero no siempre son, digámoslo de esta manera, no son objetos kosher, o limpios, o aptos, no son para ofrendarse, y, a veces hay un valor sentimental en estos objetos, en estas cosas que se llevan, por citar un ejemplo, digamos que; una persona lleva una bicicleta como ofrenda, y cuando la persona encargada o el pasto, determina y dice; muchas gracias por la bicicleta, pero hace falta comprar esto, por lo tanto la vamos a vender. Algunas personas pueden sentirse ofendidas, o sienten que no están valorando lo que se está ofrendando, pero aquí lo importante es que tengan utilidad.

Y en este caso, muchas personas deben entender, que toda ofrenda que se lleva a alguna congregación, ya sea un diezmo a una ofrenda voluntaria, pues, son los pastores, son los ancianos, o son las personas que están a cargo, las que van a definir para que se van a utilizar, y confiar finalmente en eso. Las personas que llevaban estas ofrendas no decían; oye, yo quiero que se use en el ministerio de niños, o en el de jóvenes, no eran ellos los administradores, eran los sacerdotes, y por otro lado ¿por qué se tenía que valuar? ¿por qué el sacerdote tenía que revisarlo? Porque tristemente, es muy común ver personas que, aparentemente llevan una ofrenda al Señor, pero más bien es un deshecho, sí alguna vez han pertenecido a alguna congregación, tal vez les ha tocado ver personas que llevan ropa, y darse cuenta que, entre esa ropa, a veces llevaban un solo un calcetín, ¿y el otro donde estó? No pues quien sabe, pero a alguien le va a servir un calcetín, o de repente calcetines rotos, pantalones totalmente inservibles, o simplemente ropa que ya era basura. Y estas son cosas que la gente hace, supuestamente para ofrendarle a Dios y para ayudarle a otros, y realmente no son ofrendas aptas.

Entonces, no porque el animal no fuera kosher, se le tenía que traer de lo peor.y esto es una invitación a todos, para que cuando ofrendemos al Señor, pues lo hagamos de todo corazón y lo demos con alegría. Y esto es algo para reflexionar, cuando pensemos en ofrendar algo para el Señor, hagámoslo de todo corazón, con alegría, y que lo hagamos con cosas que realmente van a ser aprovechables, que van a ser útiles para los demás. Si no es útil para tí ¿por qué sí tendría que ser útil para los demás? Está es una pregunta en la que necesitamos reflexionar.

Explicación del mandamiento 354:

Mas si el que dedicó su casa deseare rescatarla, añadirá a tu valuación la quinta parte del valor de ella, y será suya. (Levítico 27:15 RV60)

¡Imagínense! Ahora también su casa se podría consagrar. Y bueno, también podría haber un corazón así de generoso, que hermoso sería, que hubiera personas que lo hicieran de esa manera. Vamos a retomar este pasaje leyendo desde el verso No 14 que dice…

Cuando alguno dedicare su casa consagrándola a Jehová, la valorará el sacerdote, sea buena o sea mala; según la valorare el sacerdote, así quedará. 15 Mas si el que dedicó su casa deseare rescatarla, añadirá a tu valuación la quinta parte del valor de ella, y será suya. (Levítico 27:14 RV60)

Y, aquí vamos a hacer un breve paréntesis para resaltar algo muy importante en el tema de las ofrendas, dentro de algunas congregaciones. En ocasiones, se ha llegado a abusar mucho de parte de algunos pastores o de algunos líderes religiosos, al hacer un énfasis desmedido en que la gente dé, en que la gente ofrende y que Dios los va a bendecir, que sí ya le diste al señor, que no te puedes arrepentir. Sí hay y puede haber un arrepentimiento, no es lo ideal, porque ya estudiamos en el otro mandamiento, que lo ideal es cumplir con nuestra palabra, que sí ya comprometimos algo para el Señor, que nos mantengamos.pero en un momento dado, en una situación en la que queramos recuperar algo ya comprometido, sí se puede hacer, pero agregando una quinta parte del valor de ella.

Y esto es una protección para ambos, tanto para el que da, como para aquel que recibe. Porque el que recibió, ya estipulo para que se va a utilizar esa ofrenda. Y, comentábamos con respecto al abuso que hay en este tema, ¿y por qué hacer este tema así de claro? Por ese énfasis que ha existido de pedir tanto y tanto, y que en muchos casos, esto se utiliza de manera o para beneficio personal, ya sea del pastor o del líder que están al frente de alguna congregación. Aquí era importante definir que la persona lo estaba consagrando al Eterno, lo estaba dando al Templo. No quiere decir, y esto lo podemos decir por justicia, no quiere decir que no se le pueda ofrendar algo al pastor, pero sí tendría que haber esta distinción, de sí es una ofrenda personal, directamente para el pastor, o para el rabino, o sí la persona lo estaba consagrando al Templo.

Yeshua en muchas ocasiones recibió ofrendas personales, vamos a decirlo así, lo invitaban a comer, lo invitaban a bodas, lo invitaban a banquetes, lo consagraron o lo ofrendaron a través de perfumes costosos…etc. Y adicional a esto, también estaba el templo, y podían llevar ofrendas al templo, entonces, simplemente hay que aclarar este punto, de que cuando se vaya a dar algo, sí es para el pastor, lo más sano es definir, sí es de carácter personal para él, o sí es para beneficio de la congregación o de la comunidad.

Ahora, aquí podría surgir una pregunta, ¿por qué añadir una quinta parte para rescatarla? Ahora sí que por los gastos administrativos que generaron, y esto es muy común en la actualidad, y lo podemos ver, cuando realizamos una transacción, y se nos cobran gastos administrativos. A final de cuentas, esa quinta parte es una cláusula que el Eterno lo estipula por escrito, el Señor le pone dientes ahí, a la Torá para que muerda, y para que quien se quiera arrepentir supiese que eso implicaba un costo.

Y por otro lado, aquí sucede al revés, en caso de una propiedad, se valuaba más, es decir, se apreciaba la propiedad, desde el momento en que entraba la administración de los Levitas o de los sacerdotes. Contrario a lo que sucede hoy en día, que la propiedad en algunos casos se va depreciando, se va devaluando,, pero aquí era al revés. El hecho de haberla consagrado, de haberla puesto en un estatus de santidad, al contrario, por eso es que ahora cuesta más.

Y, esto nos lleva a recordar esta historia de Ananías y Safira del libro de los Hechos, y esto está relacionado con el siguiente que después leeremos…

Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas. (Hechos 5:1-11 RVR60)

Tremenda historia de está pareja, que quiso quedar bien delante de la congregación, delante por llamarlo así, delante del pastor, luciéndose, entregando el valor, supuestamente completo de su heredad. Por eso Pedro mismo les dice, esto era de ustedes, no tendrían porqué hacerlo.

Y esto es lo que nos lleva al siguiente mandamiento que dice…

Explicación del mandamiento 355:

Si alguno dedicare de la tierra de su posesión a Jehová, tu estimación será conforme a su siembra; un omer de siembra de cebada se valorará en cincuenta siclos de plata. (Levítico 27:16 RV60).

Osease que la tierra también se podía consagrar. También se podía dar al Señor, el valor se determinaba según la producción, pero reiteramos, esto es de carácter voluntario, ya vimos lo que dice ahí en Hechos, Pedro es muy claro y les dice: si la vendías el dinero era tuyo, sí la tierra no la vendías, ahí estaba, era tu propiedad. Lo que está mal es aparentar, es querer; Señor, te entrego todo esto, cuando realmente no lo estamos haciendo de manera completa. Y esto es una fuerte prueba, y una fuerte llamada de atención, tanto para toda la comunidad como para nosotros mismos, de que sí hemos de dar al Señor, lo hagamos de todo corazón.

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