360. Sacar cada año el diezmo de los animales domésticos ritualmente puros, nacidos ese año.

361. Prohibición de vender el diezmo de los animales domésticos ritualmente puros. Se debe ingerir en Jerusalén.

“Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová.  No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo cambiare, tanto él como el que se dio en cambio serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados. (Levítico 27:32-33 RV60)”

Explicación de los mandamientos:

Estos dos mandamientos son con los que termina el libro de Levítico, un libro muy interesante que nos habla de la santidad, de la consagración, y de muchas reglas también de carácter práctico, tanto para nuestras vidas como para nuestra alimentación. Y cierra este libro a través de estos mandamientos que acabamos de leer.

Estos mandamientos hablan específicamente acerca del diezmo de los animales. Cabe mencionar que estos diezmos a los que se refieren estos mandamientos, es el diezmo que se da como segundo diezmo; el segundo diezmo no forma parte del diezmo principal, o el primer diezmo que se entregaba totalmente al Señor, aquí estamos hablando de un diezmo que se daba una vez al año, de toda la camada que salían de este tipo de animales. Y dice el pasaje: “de todo lo que pasa bajo la vara”, y esto era de manera literal, así se hacía. De acuerdo a la historia se ponían los animales dentro del redil, y se les asignaba una pequeña puerta, por la que iban saliendo uno por uno. El pastor marcaba una vara con tinta roja, y empezaba a contabilizarlos, y al décimo, marcaba a ese animal de tinta roja con la vara y de esa manera eran apartados para el diezmo del Señor.

El siguiente mandamiento , que también es el siguiente versículo, nos habla acerca de no hacer distinción entre uno y otro y en caso de que se hubiese cambiado pues seguían consagrados al Señor. Esto ya lo habíamos comentado en mandamientos previos, el hacer un intercambio o el hacer trueque, no implicaba que ya podías eximir esa responsabilidad, sino al contrario, ahora, ambos animales estaban consagrados al Eterno.

A continuación, vamos a destacar algunos puntos importantes, una de las instrucciones es que está estrictamente prohibido vender ese diezmo. ¿Por qué? Porque el diezmo es algo que le pertenece al Eterno. De antemano sabemos que el diezmo siempre ha sido una parte controversial, desde aquellos días y hasta nuestros días, la controversia es sobre si sigue o no vigente. En lo personal, disculpen que hable en primera persona, pero para mí el espíritu del mandamiento y el principio de la Escritura dice que no todo nos pertenece, que hay algo que siempre le pertenece al Señor y siendo muy severos, realmente TODO le pertenece a Él, y aquí hay algo muy específico, esta es una de las muestras más claras que nos indica que hay que apartar una parte que es para el Eterno. Independientemente de que nosotros lo consumamos o lo usemos, o nos beneficiemos de ello, debemos entender este principio: no todo es nuestro, de hecho, está documentado que la forma en la que se hacía separación de este diezmo es muy linda: estaban los animales en el corral y como previamente escribimos, iban saliendo uno por uno, pero la manera de contabilizarlos o de marcar está diferencia se decía “uno para mí, dos para mí, tres para mí, cuatro para mí, cinco para mí, seis para mí, siete para mí, ocho para mí, nueve para mí, uno, para el Señor”, como podemos ver, en esta forma de conteo primero me estoy sirviendo yo, me quedo yo con la mayor parte, y el Eterno me otorga de lo que es suyo, quedarme con el noventa por ciento.

Del Señor es la tierra y su plenitud, y todo lo que en ella hay, todo es de Él, el cien por ciento es de Él, entonces el hecho de que nos podamos quedar con el noventa por ciento, pues ya es mucha ganancia. Esta es una manera linda, en la que deberíamos de reflexionar, al momento en que pensamos darle algo al Señor. No ver lo que estamos dando, sino ver con lo que nos estamos quedando.

También aquí hay una aplicación muy linda, cuando dice que no debe mirar si es bueno o malo, contrario a las primicias que se llevaban en las que implicaba darle lo mejor, aquí no iba a haber ninguna distinción, los animales iban saliendo uno tras otro, se marcaba el décimo de manera indiferente, y al final resultaba, que sí se marcaban alguno de estos animales, y resultó que tenía algún defecto, lo podías cambiar, pero tanto el animal con defecto como el nuevo, ya estaban consagrados, ya eran para el Eterno. Si se dejaba así, no importaba, el animal no se usaba más que para el alimento, y no como para trabajo u otro tipo de cosas.

De acuerdo al comentarista Rashí, dice que todos estos animales que se presentaban en el altar, la grosura se quemaba, y la carne se la comían totalmente aquellos que la llevaban para ofrenda y no había nada para el sacerdote, todo era para el que la llevaba. Por eso, de aquí se deduce que es muy probable que esto se refiera al segundo diezmo (lo cual es un tema más amplio). La Biblia habla de diferentes diezmos, el primer diezmo que quien está familiarizado con la Biblia ya conoce y que es el diez por ciento de tus ingresos; un segundo diezmo que estaba destinado al consumo o al beneficio de la persona que lo daba. Este diezmo se conoce también como el diezmo de las fiestas, porque era un diezmo que se utilizaba particularmente para las festividades, con el propósito de que nadie faltara a las fiestas y todos estuvieran presentes. Entonces se daba este segundo diezmo, que era el diez por ciento del resto de lo que ya había quedado del primer diezmo que ya se había apartado. Trataremos de explicarlo para que quede un poquito más claro…

Sí por ejemplo; tienes diez pesos, el primer diezmo es uno, y te quedan nueve, y de esos nueve que quedan, se vuelve a diezmar, y ahora en lugar de un peso son noventa centavos, ese sería el segundo diezmo, y ese segundo diezmo se usa específicamente para las festividades.

Aquí hay varias aplicaciones, como ya comentábamos, contrario a las primicias que se daban en algunas festividades, aquí la idea es no hacer distinción, sea bueno o sea malo, ¿por qué? Dios prefiere la obediencia, y es bueno pensar que lo queremos hacer con la mayor calidad, pero en este caso, solo debemos obedecerle.

¿Por qué este comentario?

Porque a veces queremos o ponemos como pretexto, el que sí no lo voy a hacer con la mejor calidad, mejor no lo hago, si no le voy a dar lo mejor, entonces mejor no lo hago. Pero Dios dice aquí, no te esperes a que sea lo mejor, el Señor te dice; YO lo primero que quiero es que obedezcas, y que lo hagas de todo corazón, que lo hagas simplemente porque me quieres agradar, porque me quieres obedecer. Y esta era la gran oportunidad, a través de este diezmo, de poder demostrar que realmente queremos obedecer a Dios. Podría ser que en alguna ocasión algún animal iba, digamos que no apto, tal vez con algún defecto, pero aun así el Señor lo recibe. Y eso es importante entenderlo, no esperar a que las cosas sean perfectas para entregárselas al Señor, lo que importa es ser obedientes a Él, y eso es lo que Dios está viendo.

Ahora, con respecto a que no podía haber cambios o sustitutos de este diezmo, se dice por ahí que el pueblo de Israel es como el diezmo de la humanidad, el diezmo del mundo, y no puede ser sustituido por ningún otro pueblo. Por el contrario, que tendría que haber otros que quisieran integrarse a este pueblo, y ser parte de este pueblo santo y consagrado al Señor.
Y otra manera simbólica de identificar a Israel como una ofrenda delante de Dios, la cual debe ser un instrumento de acercamiento entre Dios y el resto de los hombres.

Conclusión:

Así que, necesitas dar lo que te corresponde y todos sabemos que Dios ama al dador alegre. Eesta es una oportunidad que el Señor nos da, de dar con alegría, de gozarnos, de disfrutar también de la bendición que implica el dar. Así que, la próxima vez que apartes tu diezmo, hazlo de todo corazón, considerando que finalmente uno es para el Señor, y nueve son para ti.

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