398. Conducirse con un muerto como está estipulado en la Torá.

399. El precepto del agua para purificación mezclada con las cenizas de la vaca roja.

(Son dos mandamientos derivados del mismo precepto.)

En el mandamiento 397 se explicó acerca del precepto de la vaca roja, que es un misterio, es un mandamiento muy particular, porque de este mandamiento de acuerdo a los sabios ni siquiera Salomón pudo llegar a deducir con precisión el porqué de este mandamiento, pero a la luz del Mesías se comenzaron a ver algunas razones, por qué se dio el mandamiento, derivado de este anterior del mandamiento 397 tenemos estos dos que en este caso como dice el mandamiento hay que conducirse con un muerto como está estipulado.

Números 19: 14:

“Esta es la ley para cuando alguno muera en la tienda cualquiera que entre la tienda y todo el que este en ella será inmundo 7 días”. (Números 19: 14 RV60)

Explicación del mandamiento:

En el supuesto caso que de pronto alguien moría en su casa, o sea por enfermedad, pero no se habían dado cuenta de la gravedad de la enfermedad y moría de repente en ese momento cualquiera que entrara en la tienda quedaba en inmundo 7 días, ya que la muerte o el cadáver representa la mayor inmundicia para el ser humano lo que podría ser la razón, tratando de ser benignos, del porqué cuando en la parábola del Buen Samaritano el levita, el sacerdote ven a este hombre que está herido y consideran que están muertos no quieren acercarse para no contaminarse y no quedar inmundos durante los siete días los cuales inevitablemente los dejaría fuera del servicio del templo.

Números 19: 15-16 dice:

“Y toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien ajustada, será inmunda; y cualquiera que tocare algún muerto a espada sobre la faz del campo, o algún cadáver, o hueso humano, o sepulcro, siete días será inmundo.” (Números 19: 15-16 RV60).

En el precepto de la vaca roja incluso se construyó un puente para trasladar el sacrificio de la vaca hacia fuera de la Ciudad, incluso para que no se contamine con los sepulcros que había alrededor de la ciudad de Jerusalén.

Continúa en el versículo 17:

“Y para el inmundo tomarán de la ceniza de la vaca quemada de la expiación, y echarán sobre ella agua corriente en un recipiente” (Números 19:17 RV60).

Esta es la especificación de cómo usar, cuál es el valor o el sentido que tendría esta vaca, este sacrificio de la vaca roja, no era para el pecado sino para la purificación, ya que esto es totalmente necesario. O sea que para el que estuvo en contacto con algún cadáver era necesario la vaca quemada de la expiación, por eso son tan valiosas, tan importantes porque sin esas cenizas no habría o no sería posible la expiación, la pureza, siendo el agua que tenía que fluir, agua de manantial, agua de río, agua pura, se ponía sobre estas cenizas en un recipiente.

Verso 18:

“y un hombre limpio tomará hisopo, y lo mojará en el agua, y rociará sobre la tienda sobre sobre todos los mueble, y sobre las personas que ya estuvieren, y sobre aquel que hubiera tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto, o el sepulcro.” (Números 19:18 RV60).

Una vez que el agua ya se depositaba sobre algún recipiente con las cenizas, un hombre limpio, con un hisopo, tenía que llevar a cabo ahora este rociamiento del agua para la purificación.

Verso 19:

“y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día y cuando lo haya purificado al día séptimo el lavará de luego sus vestidos y así mismo se lavará con agua y será limpio a la noche.” (Números 19:19 RV60).

El mismo se impurificaba por el hecho de haber llevado a cabo este ritual, sin embargo, sería limpio a la noche, al tercero y al séptimo día tenía que rociar de esta agua, con cenizas con el hisopo para que pudiera ser considerado limpio de aquello que pudiera haber tocado un cadáver.

Verso 20-21:

“Y el que fuere inmundo, y no se purificare, la tal persona será cortada de entre la congregación, por cuanto contaminó el tabernáculo del Señor; no fue rociada sobre él el agua de la purificación; es inmundo. Les será estatuto perpetuo; también el que rociare el agua de la purificación lavará sus vestidos; y el que tocare el agua de la purificación será inmundo hasta la noche, Y todo lo que el inmundo tocare, será inmundo; y la persona que lo tocare será inmunda hasta la noche. ” (Números 19:20-21 RV60).

La inmundicia también se transmitía, no era algo en que quedara nada más para la persona inmunda, sino que era capaz de transmitirlo a otros y por lo mismo debían de tener sumo cuidado para que no se difundiera, no se esparciera hacia los levitas y sacerdotes principalmente porque eran los encargados de entrar al tabernáculo o al templo y llevar a cabo este servicio.

El verso 19 alude a las razones, y dentro de las causas para que se pudiera dar esta purificación tenía que ser al tercero y a séptimo día y sabemos que todo lo que está escrito en La Ley apunta hacía al Mesías, apunta hacia Yeshua, sabemos que al tercer día Él resucita y El séptimo día representa el séptimo milenio en el que la mezcla de agua y de sangre traerá expiación y purificación total, Yeshua en este aspecto también cumple este sacrificio, esta ofrenda para la purificación y hay un comentario que está en el libro o en la carta a los Hebreos en el capítulo 13:10-11:

“Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo. Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. (Hebreos 13:10-11 RV60)

(Las vacas se quemaban fuera del campamento, en algunos casos del Yom Kipur uno de los chivos se sacaban fuera del campamento)

Verso 12:

“Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta”. (Hebreos 13:12 RV60)

(Vemos que hay una conexión directa, en hebreo hay un término que se le llama keshera sabah que es la relación de dos pasajes conectados por ciertos términos. En este caso, vemos en el verso 12 de Hebreos 13: que para santificar al pueblo mediante su propia sangre, Él padeció fuera, justo lo que se hacía con la vaca roja y con sus cenizas.

Dice el verso 13:

“Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio”(Hebreos 13:13 RV60).

Conclusión:

Somos llamados a estar dispuestos a sacrificarnos por los demás, a dejar nuestra comunidad, a salir de nuestro campamento y estar dispuestos anunciar que hay purificación para todo tipo de pecados, que aun la peor inmundicia, como en este caso, el cadáver humano, Aun esa inmundicia, quedará limpia por medio de las cenizas de la vaca por medio del sacrificio del Mesías.

Es muy particular este mandamiento, muy específico en ciertos detalles como vemos aquí para la purificación y apunta a lo que ha de venir, sabemos que cuando se cumpla el ciclo y lleguemos a ese séptimo milenio El Mesías regresará y aquel que no fue purificado el día tercero que representa el Tercer Milenio desde que se entregó la ley, el día tercero representa el día que Él resucitó, no podrá ser limpio, no podrá entrar, no podrá ser parte de todo este llamado que está haciendo El Señor entre todos los hombres. No importa qué pecado hayamos cometido, hay purificación por medio de la sangre del Mesías.

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