No ir tras los deseos del corazón ni tras los deseos mundanos.

Este mandamiento, para no variar, es muy especial y tiene una gran variedad de aplicaciones en nuestros días. Lo encontramos en el libro de Números, capítulo 15, verso 39. Se dedujo de la siguiente manera: “No ir tras los deseos del corazón, ni tras los placeres mundanos”. Veámoslo en la nueva versión internacional de Números 15:39:

[39] Estos flecos les ayudarán a recordar que deben cumplir con todos los mandamientos del Señor, y que no deben prostituirse ni dejarse llevar por los impulsos de su corazón ni por los deseos de sus ojos.

Explicación del mandamiento:

Este es un mandamiento en el que definitivamente todo creyente, mientras estemos en este cuerpo y en este mundo, vamos a seguir batallando. Aunque esté lleno de gozo y bendición que el Eterno nos da, también debemos ser realistas y conscientes de que siempre hay tentaciones y pruebas.

La realidad y la naturaleza de nuestros pensamientos y corazón no están dirigidos hacia las cosas de Dios, sino que más bien hacía apartarnos de Él. Desde el principio de los tiempos, como con Adán y Eva, los deseos del corazón y de los ojos han sido lo que nos lleva a transgredir.

Así que esta es una base muy importante que debemos conocer. Existe una regla llamada la “regla de la primera aparición”, que implica que cuando algo sucede por primera vez en la Biblia, se convierte en un molde o base a partir de la cual siguen muchas otras líneas. Si el primer pecado del hombre y la mujer estuvo relacionado con lo que deseaban sus ojos, significa que muchos de los pecados por los cuales podemos transgredir también estarán relacionados.

El mandamiento anterior que vimos se refería al uso de los Tzit Tzit, los hilos que se cuelgan y se usan como ropa interior o camiseta, con el propósito de protegernos de lo que vemos y sentimos, de lo que quiere nuestro corazón. Aquí, en este caso particular, los rabinos determinaron que era necesario estipularlo como un mandamiento único y especial: no dejarse llevar por lo que queremos, por lo que nos pide el cuerpo, por lo que nos pide el ojo. Algunas citas que refuerzan esta idea se encuentran en:

Jeremías 17:9: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”

Salmo 94:11: “El Señor conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad.”

Jeremías 4:14: “Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permitirás en medio de ti los pensamientos de iniquidad?”

La Lucha Interior y la Importancia de la Santidad

Como vemos, la Escritura es clara en mostrarnos la naturaleza en nuestro interior y los deseos en nuestro corazón, que son siempre malos. Por eso la importancia de los Tzit Tzit, de meditar en la palabra y de no dejarnos llevar por esos pensamientos. Hay un dicho que dice que no puedes evitar que vuelen pájaros sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que hagan nido. Eso es muy importante.

La tentación siempre estará presente. Se le dijo a Caín que el pecado estaba a la puerta, pero él podía dominarlo. Tenemos que hacer uso de todas las herramientas y mandamientos que Dios nos dio para alejarnos del pecado y del espíritu que mora en nosotros, para poder vencer en estas pruebas. Pero la mejor manera es comenzar por conocer nuestra propia naturaleza, reconocer nuestra naturaleza caída y nuestra necesidad de Dios. Yeshua también nos lo dice en una cita:

Mateo 15:19: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.”

Las Advertencias Bíblicas y la Lucha por la Santidad en la Vida Cotidiana.

Y Salomón, un hombre que conocía muy bien la naturaleza humana, dijo:

Eclesiastés 9:3: “Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos.”

Por eso hay tantas advertencias en la palabra de Dios sobre esto. A menudo pensamos que la santidad y vivir una vida apartada de Dios son solo para unos pocos. La realidad es que todos tenemos tentaciones y dificultades. Es una decisión apartarnos del pecado y vivir en santidad, consagrándonos cada día delante de Él. Si nuestros pensamientos siguen la palabra de Dios y estamos rodeados de un ambiente de santidad, será mucho más fácil combatir estos pensamientos y los deseos de la carne.

La Batalla Interna y la Fortaleza Espiritual

Cada uno de nosotros debe hacer una invitación, incluso a nosotros mismos, a ser conscientes de nuestro enemigo. Muchas veces nuestro enemigo somos nosotros mismos. No necesitamos al adversario Hasatán detrás de nosotros poniendo pruebas. Nuestra propia naturaleza, nuestro propio Yetzer Hará (Inclinación al mal), como se conoce en hebreo, nos lleva a transgredir.

Necesitamos hacer uso de todo lo que Dios nos ha dado para evitar caer en este pecado. A menudo, pensamientos llegan a nuestra mente. ¿Qué debemos hacer? Reprenderlos, combatirlos, llenar nuestra mente con la palabra de Dios. Esto nos ayudará, como dice Proverbios 1, si meditamos en la palabra de día y de noche, entonces tendremos paz, prosperidad y éxito en todo lo que hagamos.

Recuerda, el campo de batalla no es complicado, está en nuestra mente y en nuestro corazón. Dios prometió que no solo renovaría nuestro corazón, sino que nos daría un corazón nuevo. Necesitamos un trasplante de corazón, de un corazón de piedra a un corazón de carne, en el cual Él pueda escribir su palabra a través de su espíritu.

Conclusión:

Si estás luchando con tus pensamientos y los deseos de tu corazón, no demores más en esta situación. No pidas que tu corazón sea cambiado, pide que sea totalmente renovado en ese sentido. Pide que sea transformado en un corazón nuevo, que Dios quite el corazón de piedra y ponga un corazón de carne dispuesto a obedecerle. Para eso vino el Mesías, para eso vino Yeshua. El nuevo pacto consiste en eso: Él cambiará nuestro corazón y nos dará un corazón nuevo para seguir los mandamientos de Dios.

Que el Señor te bendiga, te fortalezca y nos permita caminar en santidad. Que nos permita alejarnos de las tentaciones que están presentes día y noche en la televisión, en la radio, en internet y en tantos medios y lugares. Que podamos ser una generación diferente, que nos distingamos también en esto. Que cuando otros comenten, hagan chistes o escuchen cierta información en el trabajo o la escuela, también seamos diferentes en eso. No dejemos espacio en nuestra mente y corazón, para pensamientos perversos, para pensamientos que nos lleven a codiciar, que nos hagan caer en la tentación.

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