LEYES SOBRE EL ACOSO

600. Salvar al acosado de daños de quien lo acosa para matarlo, incluso si es necesario matar al acosador.

601. No Tener clemencia de quien acosa a otro para abusarlo o asesinarlo. 

Si algunos riñeren uno con otro, y se acercare la mujer de uno para librar a su marido de la mano del que le hiere, y alargando su mano asiere de sus partes vergonzosas, le cortarás entonces la mano; no la perdonarás. (Deuteronomio 25:11-12).

Como vemos, es una situación de riña entre dos varones y evidentemente empiezan los golpes; nunca falta, aunque no sea muy común, que la mujer le quiere ayudar al hombre; y no que propiamente esté prohibido, pero lo que dice aquí es que hay reglas; hay formas de hacerlo.

Recordemos un punto muy importante en el contexto de lo que nos plantea la Escritura: el honor y la vergüenza. Se dice que el honor en estas culturas del Medio Oriente, es tanto o mucho más importante que el dinero y que muchas otras cuestiones materiales. Hay asesinatos de honor, asesinatos de vergüenza, situaciones en las que se puede manchar el nombre de la familia, son perseguidos, castigados y penados. Así que una mujer que se atreva a hacer esto delante de los demás, más allá del dolor que esto pueda provocarle (sabemos el dolor que representa) lo principal, es la vergüenza que pasaría ese varón. 

Así que, del texto que dice le cortarás la mano, no la perdonarás; es del que se toma la idea de no tener clemencia, como dice el mandamiento, de aquel que está (en este caso se usa la palabra acosado). Quizás para nuestra cultura, la palabra acosado suena rara; más bien es como el que está siendo afectado, el que está siendo evidentemente dañado o lastimado. La idea de cortar la mano, de no perdonar; es como decir, no tengas clemencia del abusador, no tengas clemencia de un homicida. Esto solo es como un prototipo de lo que implica la aplicación de justicia en ciertos casos. 

Por eso nos suena como muy fuera de contexto lo que leemos como los mandamientos 600 y 601, con el texto literal; pero no es nada nuevo; lo hemos estudiado ya, hay muchos mandamientos que sí derivan de un versículo, pero solamente es la base para tomar la idea y proyectarla hacia un ámbito (sobre todo en mandamientos de justicia, como en este caso). 

La idea es que si esto se aplicaba para una mujer, que no era muy común y que La Torá, de alguna forma, en cuanto a los castigos, era más condescendiente con la mujer; si La Torá dice a sangre fría, le cortarás la mano, no le vas a perdonar, mucho menos en caso de que una persona esté hiriendo, lastimando, dañando la integridad o la vergüenza de otro. Por supuesto que ya la interpretación lo lleva a casos de vida o muerte, porque el riesgo de que la mujer lastimara al hombre en esa parte, es que ya no podría engendrar hijos, y el no engendrar era como borrar su nombre. Entonces, ese es el castigo por poner en riesgo, la vida, de los seres que, aunque todavía no nacían, tenían la posibilidad de nacer. Suena raro, pero esa es la idea: Esta mujer está atentando contra la vida de los futuros hijos de este varón, que pudieran haber nacido; entonces es como atentar contra la vida. 

Hoy el aborto es como todo lo contrario. La gente que promueve el aborto, lo que promueve es lo contrario a esto: Aquí se le castiga a una persona que pone en riesgo, aunque todavía no existe la criatura, sabemos que la semilla del hombre se produce en los testículos; el hecho de lastimarlos o dañarlos, pone en riesgo el que pueda generarse vida.

Algunos dicen que esto no era literal, que se le cortara la mano, sino que era un castigo monetario acorde a la vergüenza que pasó. Si fuera mutilación, sería el único castigo de mutilación, fuera de la ley del talión, de ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, etc., pero es un caso muy particular. 

En fin, la idea aquí es que si incluso a una mujer que, por ayudar a violentar a una persona, se le castiga de esta forma, imaginémonos al que le llaman aquí, un acosador, que podría ser un secuestrador, un violador, que son los dos casos que más se acercan a esta idea. 

Lamentablemente, cada vez es más común la violencia en nuestra sociedad, el secuestro, el robo con violencia, las violaciones. Aquí La Torá no está diciendo que tomemos justicia por nuestra propia mano, sino que las autoridades no tengan clemencia, que apliquen todo el peso de la ley para proteger a la persona afectada. Por esto se considera que cuando una persona se defiende por salvar su vida, no es un asesinato. 

También hay quien dice: la biblia dice no matarás y David mató a Goliat. Es evidente que en situaciones de guerra o en que la vida está en peligro, no se considera, por supuesto, un asesinato. Por eso es que en estos casos, como violación, secuestro, el acto, además de que es violento, se considera inmoral. Por eso la violación siempre es un escándalo, es un delito altamente penado porque es muy sensible para la sociedad. 

La Torá reitera, una y otra vez, la aplicación de la justicia. Busca que la justicia se aplique, sea quien sea, y no mostrarse clemente con el transgresor; sobre todo, como en estos casos, cuando la vida de la persona está en riesgo. La vida del hombre está por encima de todo y quien está dispuesto, como en este caso, a terminar con la vida de otro, se hace acreedor al mismo castigo. 

¿Qué pasa cuando se muestran actos de clemencia, de misericordia, pero en realidad son actos de corrupción y cuántos violadores y secuestradores andan sueltos; y son de los peores delitos? Esto acarrea indignación, repudio hacia los jueces, por parte de la sociedad. La Torá aquí es muy clara: salva al acosado, salva al que esté secuestrado, al que esté su vida en riesgo, incluso si es necesario matar al acosador; como en el caso de Abraham: Abraham tomó la espada cuando secuestraron a su sobrino Lot, tomó un grupo de varones, y se fue tras de esta gente para rescatar a Lot. Como se dice: No tener clemencia de quien acosa a otro para abusarlo o asesinarlo. Esto sería desviar totalmente la virtud de La Torá. 

Existen infinidad de casos e injusticias, pero aquí La Torá es muy clara en cuanto al espíritu de este mandamiento, de preservar la vida a como dé lugar, por eso David fue un héroe porque no solo preservó su vida al matar a Goliat, sino la vida de millones de israelitas que estaban en riesgo. 

 

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“El que recibe enseñanza en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo enseña”

Gálatas 6:6 (RVC)



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