¿Por qué Yeshua maldijo la higuera?

¿Cuál es el tema principal de esta historia?

Es un famoso pasaje que aparece dentro de los evangelios y que ha sido objeto de bastantes controversias sobre ¿por qué Yeshua se toma esta libertad, usando este poder de maldecir sobre la higuera? Vamos a leer el evangelio de Marcos 11:12-26 “Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos. Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad. Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.” (RVR60).
Muy interesante todo este pasaje. Yo te planteo esta pregunta del tema, con otra pregunta: ¿Cuál es el tema principal de esta historia que acabamos de leer?

¿CUÁL ES EL TEMA PRINCIPAL DE ESTA HISTORIA?

Parte de la respuesta está en lo que está haciendo Yeshua. Este acontecimiento un tanto violento, drástico, como un atentado contra la naturaleza, donde tenemos aquí algunos aspectos que hay que mencionar: Si Yeshua hubiese transgredido la Torá o algún otro lineamiento. Vamos a pensar que, si este árbol hubiese sido de algún vecino dentro de propiedad privada, definitivamente, se hubiese metido en algún problema por haber maldecido su árbol. Pero tenemos claro todos, que Yeshua no transgredió la Torá y no falló en ningún otro aspecto. Porque de haber sido así, esto hubiese sido usado en contra de Yeshua por sus enemigos.
Lo hubieran podido acusar de violento, de cruel, de transgresor, al destruir un árbol frutal. Ya que uno de los 613 mandamientos es: Está prohibido destruir un árbol frutal. (Deuteronomio 20:19). De haber transgredido este mandamiento en específico, primero: se lo hubiesen echado en cara durante el juicio, segundo: los mismos discípulos no lo hubieran escrito, ya que ellos mismos estaban buscando al compartir de la vida de Yeshua, que la gente creyera que Él es el Mesías, que Él es el cordero de Dios. Entonces hubieran omitido este dato, pero no lo hicieron. Por ello, muchas autobiografías no son muy confiables porque la persona puede eliminar las partes que más le convenga. Yeshua mismo dijo incluso: ¿Quién me redarguye de pecado? ¿Díganme qué he transgredido? Entonces los discípulos le hubiesen contestado: Tú maldijiste una higuera. Pero no, jamás hay evidencia de ello.

El tema central son parte los frutos, muy cierto. Pero yo considero que el tema central sobre el por qué se seca la higuera y por qué la maldice, es cuando Yeshua dice: Tened fe en Dios. No es el único tema, pero uno de los temas centrales de esta historia es la emuná (fe). Por eso termina diciendo: Cualquiera que dijere a este monte: quítate y échate en el mar y no dudare en su corazón, esto sucedería. De hecho, por eso se secó la higuera, por esa manifestación de emuná y de poder que Yeshua tenía. Y es interesante porque si es un tema de fe, dice: Todo lo que pidan orando, se va a dar, obviamente en la voluntad de Dios. Pero si cuando estés orando te acuerdas de que tienes algo contra tu hermano, perdónalo. Y esto, está alineado con los frutos. ¿Qué tenemos aquí? Una lección sin teoría. Es decir, no se dio el tiempo de explicar el porqué lo hizo, sino simplemente lo hizo. Primero te hago el examen y luego ya te enseño y te doy la explicación.  

Ésta no es la única vez, la vida de Oseas en cierta manera es como una enseñanza o el caso de Job, que si no leyéramos el primer capítulo y supiéramos lo que sucede en el ámbito espiritual o celestial, no sabríamos la lección de todo esto. Nos preguntaríamos: ¿De qué se trata? O ¿Por qué la necesidad de tanto sufrimiento? El mismo Job se planteó la misma pregunta durante todo este proceso. O Jeremías que, de pronto llegó y rompió una vasija. Ezequiel hizo un modelo de Jerusalén y luego lo quemó. En todos estos casos, primero llegó la acción y luego vino la teoría. Y era una manera de mostrar un mensaje muy fuerte, un acontecimiento que sucedería o una lección muy grande que Dios quería mostrarles.

Por otro lado, aunque hubiese sido una transgresión de la Torá, hay ciertos casos, que son la excepción, en los que está permitido transgredir la Torá, si ello va a conducir a una mayor observancia de la Torá. ¡Claro!, se busca que eso sea una excepción y no la regla. Como el caso del profeta Elías quien hizo un sacrificio fuera del Templo, lo cual está prohibido en la Torá. Pero ¿por qué se atrevió a hacer este reto y desafío a los profetas de Baal (antigua divinidad)? Porque ya eran como un cáncer. Ya estaba todo impregnado y debía hacerse un exterminio, una sanitización, una fumigación de los profetas de Baal. Por eso los retó, porque era una circunstancia sumamente drástica. Esta explicación es para aclarar que, si aun Yeshua hubiese transgredido, es porque existen ciertas excepciones. 

HOJAS, PERO NO HIGOS

Vamos a ver ciertos elementos claves que nos van a ayudar a entender, el porqué Yeshua maldijo la higuera. Dice en el pasaje de Marcos 11 que acabamos de leer en el versículo 13: “Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. (RVR60).
Esto es una aparente contradicción: si no tiene higos porque no era el tiempo de higos, ¿cómo esperaba encontrarlos? Aquí tenemos qué aprender algo que para mí también fue sorprendente: tenía hojas, pero no tenía otro fruto similar al higo que se llaman “brevas”. ¿Qué son las brevas? Son frutos que anunciaban que, en el verano, saldrían los higos. Por tanto, técnicamente Yeshua no maldijo un árbol frutal -lo cual estaba prohibido en la Torá-, ya que legalmente no era un árbol frutal. Así Yeshua, no transgredió esta
mitzvá (mandamiento). 

A algunas higueras se les llama bíferas o breveras o reflorecientes, a las que les salen estos frutos que son casi idénticos a los higos entre junio – julio, y anuncian la llegada de los higos entre agosto – septiembre, ya para el otoño. Hay higueras que producen tanto brevas como higos y hay higueras que sólo producen higos. ¿Qué esperaba encontrar Yeshua? Esperaba encontrar brevas, pues no era temporada de higos aún. Es algo único y particular que del mismo árbol salgan dos frutos, casi idénticos. ¿Qué sucede con esto? Que las brevas anuncian que vendrán los higos. Yeshua sabía esto, pues no era un ignorante de la agricultura. Así que lo que buscaba no eran higos, porque no eran los meses de los higos, sino de las brevas. ¿Qué sucede? Que las brevas salen también antes que las hojas. Entonces si esta higuera ya tenía hojas y no tenía brevas, tampoco tendría higos. Por tanto, no iba a producir frutos.

DIFERENCIAS ENTRE BREVAS E HIGOS

Busqué en internet, porque me parece muy interesante. Vamos a leerlo textual: “Proceden del mismo árbol las brevas y los higos, pero son frutos diferentes. La breva es el higo que no alcanzó a madurar en otoño y madura durante la primavera siguiente. Los higos maduran durante el otoño. 

Las brevas provienen exclusivamente de las higueras que dan cosechas al año. Una en primavera y otra en otoño. Se conocen como higueras bífedas y reflorecientes. Los higos, por su parte pueden provenir de higueras uníferas o comunes que solo dan higos. Pero también pueden provenir de higueras bífedas. Las brevas son más grandes y menos dulces con un color morado en la cáscara y en la pulpa un tono que va del rosa intenso al blanco. Los higos son pequeños, dulces, de color verde por fuera y en el interior son blancos o de color rosado suave. 

¿Qué es lo que buscaba Yeshua al ver las hojas? Una promesa de que ese árbol, ya debía tener esas brevas. Pero al tener hojas y no tener brevas es como un engaño. Como decían los profetas: son nubes sin agua, que anuncian la lluvia esperada, pero no tienen agua. No se trata de que Yeshua tuviese hambre y como no tenía fruto, le enviara una maldición. Ese no es el caso. 


¿A QUIÉN REPRESENTA LA HIGUERA?

La higuera generalmente se dice que representa a Israel y en ciertos casos sí, como el profeta Isaías. Pero vamos a analizar un pasaje para saber en particular a quién se puede referir esta higuera. Ese suceso que hace Yeshua es una manera de mostrar que Israel, aunque no todo Israel, no fue capaz de dar ese fruto y reconocer el tiempo de su venida. Entonces le sucedería lo que también ya estaba escrito: Que sería destruida.¿Ahora, quiénes son los higos? Porque lo que buscaba Yeshua eran estas brevas que anteceden a los higos. Jeremías 24: 1-10 “Después de haber transportado Nabucodonosor rey de Babilonia a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, a los príncipes de Judá y los artesanos y herreros de Jerusalén, y haberlos llevado a Babilonia, me mostró Jehová dos cestas de higos puestas delante del templo de Jehová. Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que de malos no se podían comer. Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien. Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré. Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón. Y como los higos malos, que de malos no se pueden comer, así ha dicho Jehová, pondré a Sedequías rey de Judá, a sus príncipes y al resto de Jerusalén que quedó en esta tierra, y a los que moran en la tierra de Egipto. Y los daré por escarnio y por mal a todos los reinos de la tierra; por infamia, por ejemplo, por refrán y por maldición a todos los lugares a donde yo los arroje. Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres.” (RVR60).

Entonces si pensamos: ¿A quién pudieran representar estas brevas que buscaba Yeshua? A ese liderazgo que no fueron capaces de dar ese fruto, que debían haber dado porque el tiempo era para producir estas brevas. ¿Qué sabía Yeshua de manera anticipada con este conocimiento? Que, de ese liderazgo, no saldrían frutos. Por eso dijo: Nunca salga fruto de ti. ¿Entonces, de dónde vendrían esos frutos? Del vino nuevo, odres nuevos, de ahí vendría ese fruto.

Es interesante, pero esas hojas que encuentra Yeshua, también nos conectan con la historia de Adán y Eva. Porque ellos se quisieron cubrir y aparentar estar bien delante de Dios, cubriéndose con hojas de higuera, como si fuera una religión. Entonces, las hojas aparentaban promesas, pero al verlas de cerca, no había fruto. Esto es una lección para nuestra vida: Que si no producimos frutos y nada más aparentamos hojas verdes y qué bien nos vemos, algún día se va a acercar el Maestro y al ver que, en el tiempo necesario, no estamos produciendo ese fruto, nos va a secar. Como dijo Juan el Bautista: El hacha ya está puesta sobre la raíz de los árboles. Y todo árbol que no da buen fruto, será cortado.

Si nos ponemos a pensar, no es una maldición lo que Yeshua habló, porque si un árbol frutal no da fruto o da fruto malo o da fruto venenoso, es mejor secarlo. Y Yeshua es capaz de revivirlo, pero cuando ese árbol reviva, ahora sí dará un fruto que se pueda comer. Entonces el fruto que estaba produciendo el liderazgo, este grupo de fariseos y líderes del Templo, no era el fruto que Dios esperaba. Así que es mejor secarlo, y evitar que nazca y produzca un fruto malo que va a envenenar o matar a alguien y que, por tanto, simplemente no tiene un propósito de ser. ¡Esa es la realidad! También en Isaías 5 encontramos esta historia que, si una higuera no produce y no produce fruto, se mueve la tierra, se remueve la raíz y si aun así no produce fruto, desarráigala. Porque está ocupando un espacio que podría ocupar otro árbol que si va a producir fruto. Esto es muy fuerte porque realmente se trata de ti y de mí. Si tú y yo, no somos capaces en cierto tiempo, de producir ese fruto, también seremos desarraigados.

En otro aspecto, también la higuera representa a Yeshua mismo, porque Él cargó la maldición de todo el pueblo. Dice la Palabra: Que Él se hizo a sí mismo maldición. Dios lo hizo a sí mismo, pecado. Dice que la higuera se secó desde la raíz y Yeshua es esa raíz. Si la raíz es Santa, también lo son las ramas. Yeshua es esa raíz que cargó con la maldición y toma el papel de Israel y prefiere morir por el pueblo.

Ésta es a grandes rasgos la razón por la cual Yeshua maldice esta higuera. Ciertamente es porque no estaba produciendo fruto. Y el fruto viene también con la fe. Es un pasaje que nos hace reflexionar mucho. Yo te invito a que lo meditemos y nos demos cuenta de que algún día, el Mesías volverá y podemos tener muchas hojas y aparentar ser un gran árbol, pero tendremos que pasar por su escrutinio para verificar si verdaderamente estamos produciendo el fruto deseado en el momento que debemos de hacerlo. 

Estudia el Artículo ‘¿Por qué Yeshua maldijo la higuera?’
en Video

Escribe un comentario

*

Your email address will not be published.

© 2012 -2023 KEHILÁ Camino a Emaús.
Todos los derechos reservados

Síguenos en:           
Simple Follow Buttons
Simple Share Buttons
Menu